"Esta película está basada en una historial real. En realidad, en varias historias y realidades", puede leerse en los créditos de ‘Milli Vanilli: girl you know it’s true’. Nena, sabes que es verdad. Ese fue el título de su primer álbum, en 1990, coronado en lo más alto de las listas durante ocho semanas. Nena, sabes que es verdad. O no. Porque la exitosa -y algo hortera, digámoslo sin tapujos- mezcla de pop, dance, hip hop y ‘new jack’ del alemán Robert Pilatus y Fab Morvan, alemán y francés, fue una de las mayores imposturas de la música popular. No podía ser de otra forma teniendo en cuenta que el creador del invento, "el genio en la sombra", era Frank Farian, avispado productor que robaba canciones a otros e ideó también a Boney M.: Farian era quien ponía la voz del cantante de aquel grupo como otros ponían las voces de Milli Vanilli.

Podía tener su sentido en un mudo escapista con un culto y adoración a la imagen. Milli Vanilli eran guapos y lucían trenzadas melenas de ensueño, así que triunfaron por lucir palmito, porque de hacer música y de cantar, nada de nada. La película reconstruye la historia de estos héroes del 'playback' con poca distancia crítica y un interés algo exagerado en dejar bien a los dos 'músicos', gente humilde devorada por un sistema corrupto.