Inteligencia Artificial

Falsos desnudos: el fiscal general ve prematuro cambiar la ley para combatir el mal uso de la inteligencia artificial

Quiso enviar un mensaje de tranquilidad, porque "las instituciones están trabajando", aunque admitió que el ministerio público aún no ha recibido el atestado policial de lo sucedido

El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz.

El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz. / Eduardo Parra / EP

Ángeles Vázquez

El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ha mostrado este miércoles su preocupación por los falsos desnudos de niñas y adolescentes de Almendralejo (Badajoz), realizados por otros menores utilizando la inteligencia artificial, lo que, en su opinión, necesita una reflexión general de la sociedad, que excede a instituciones concretas, como la fiscalía, y debe involucrar a todos, con especial presencia del ámbito educativo y los padres. Lo ocurrido en Extremadura le preocupa "como reflejo del uso de nuevas tecnologías para la comisión de futuros delitos por la invasión de espacios de vulnerabilidad de los menores y la juventud".

A la vez, ha querido enviar un mensaje de tranquilidad, porque "las instituciones están trabajando", aunque ha admitido que el ministerio público aún no ha recibido el atestado policial de lo sucedido. "Hay elementos normativos suficientes para, en principio, poder atajar comportamientos delictivos" cometidos con el desarrollo de las nuevas tecnologías, por lo que considera que el Código Penal está "adaptado a las nuevas realidades y a los instrumentos de protección y educación". De ahí que entienda "prematura" una reforma legal para luchar contra estas prácticas.

El fiscal también ha abogado por "una reflexión como sociedad", centrada en el género y la juventud, que trasciende a la fiscalía, sobre "hacia dónde vamos y los instrumentos que hay que poner" para atajar estos delitos, que generalmente se dirigen contra mujeres, fundamentalmente niñas, según las estadísticas, ha precisado.

También ha recordado que la memoria de la fiscalía general del año pasado reflejaba "un incremento del 116 o 117% desde el año 2017" de este tipo de delitos, lo que se atribuyó al creciente uso de las nuevas tecnologías y de móviles, "a través de los que las personas que aún están formando su personalidad reciben una cantidad de información procesada o mal procesada, que descompone las fuentes de formación educativa que han tenido personas de otras generaciones".

Móviles en el colegio

En cualquier caso, ve prematuro pronunciarse sobre una hipotética prohibición de los móviles en el colegio sin haber realizado la reflexión por la que aboga. También ha señalado que el Código Penal persigue delitos penales, en los que son encardinables los hechos cometidos a través de las nuevas tecnologías, y ya protege el desarrollo del menor, al entender, por ejemplo, como pornografía toda imagen realista con contenido sexual, aunque sea elaborada tecnológicamente o por dibujos sin utilizar el rostro o el cuerpo de una persona real: lo imprescindible para perseguir ciertas conductas es que sea realista.

Por su parte, la fiscal de Sala de la Unidad de Criminalidad Informática, Elvira Tejada, también ha hecho hincapié en la importancia que la educación y el control de los padres sobre lo que ven sus hijos cuando están delante del ordenador o con el móvil tiene para atajar estos delitos. Recordó la existencia de portales para denunciar todo el contenido pornográfico o cualquiera que se considere que atenta contra el desarrollo del menor, lo que se incluyó en el Código Penal en 2015, pero que en la legislación europea ya aparecía desde 2011.