Congreso

Armengol admite "complejidades" para el uso de las lenguas cooficiales y buscará el consenso

La presidenta del Congreso apuntó este jueves que permitirá que se utilicen el catalán, el euskera y el gallego en la cámara baja

Francina Armengol llegando a la primera reunión de la Mesa del Congreso

Francina Armengol llegando a la primera reunión de la Mesa del Congreso / JESÚS HELLÍN / EPC

EFE

La nueva presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, ha puntualizado este viernes que su objetivo es implantar lo antes posible el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso pero que antes buscará el consenso de todas las formaciones políticas así como los requerimientos técnicos que supone dicha implantación.

Armengol ha insistido en que su "compromiso" con ese objetivo es "hacerlo lo más rápido posible", pero primero hará una ronda previa con los grupos parlamentarios. Además ha confirmado ante los micrófonos de la Cadena Ser que tendrá que "mirar los servicios técnicos de la Cámara todas las posibilidades para luego tomar la decisión".

Con el arranque de la 15ª legislatura en el Congreso la nueva presidenta apuntó que permitirá el uso de las lenguas cooficiales el catalán, el euskera y el gallego, desde el primer momento en las sesiones plenarias. Aun así Francina Armengol ha recordadoque tan solo lleva 22 horas como presidenta del Congreso.

"Complejidad de implantación"

Armengol ha insistido en que España es un país "con una riqueza maravillosa, con identidades pueblos diferentes y con idiomas cooficiales. Un país con diversidades que nos hace grandes", y ha incidido en que esta España "real" debe trasladarse al Congreso, como sede de la soberanía nacional.

"Y que podamos usar, las lenguas cooficiales, en el Congreso es un hecho de normalidad democrática", ha señalado al referirse a que así lo deben sentir los que "aman en una lengua diferente al castellano".

No obstante, Armengol, preguntada por las necesidades técnicas a la hora de hacer uso de otras lenguas en el Congreso, como el uso de 'pinganillos' para las traducciones, ha reconocido la complejidad de su implantación y ha dicho que "hay que ver las posibilidades técnicas que tengamos".