Diplomacia

Gibraltar eleva el tono y lleva a cabo “patrullas de soberanía” pese a las protestas españolas

Comienza el juego de acusaciones por un eventual descarrilamiento de las negociaciones del Gibrexit, en vilo por el resultado electoral en España

Parlamentarios británicos con uniforme militar en el Escuadrón de la Armada Real Británica en Gibraltar.

Parlamentarios británicos con uniforme militar en el Escuadrón de la Armada Real Británica en Gibraltar.

Mario Saavedra

Hay trenes que se van para no volver. En Gibraltar, Londres y Madrid, hay voces que, en público o en privado, confiesan temer que se haya escapado una buena oportunidad para encontrar una solución para Gibraltar tras el Brexit. Que el resultado sea una frontera “dura” en la Verja. El adelanto electoral del 23 de julio ha sido un misil en la línea de flotación de unas negociaciones que, en todo caso, llevaban medio año naufragando, como adelantó este diario.

La diplomacia española insiste en que la oferta era inmejorable (libertad de circulación a cambio de poner controles Schengen en puerto y aeropuerto, entre otros asuntos). Y en que no está garantizado que se mantenga si hay un cambio de Gobierno en las próximas elecciones del 23 de julio. El PP ya lo ha dejado claro en su programa: su prioridad es recuperar la soberanía, aunque seguirá apoyando las negociaciones. Vox asegura en su programa electoral, conocido este viernes, que aplicará “ toda la presión internacional necesaria para recuperar ese territorio ocupado” y que rechazará “cualquier acuerdo Unión Europea-Reino Unido o España-Reino Unido que no pase por respetar los derechos soberanos de España sobre la colonia británica de Gibraltar”. Prometen, además, exigir a la Unión Europea “un firme compromiso con la legítima aspiración española de recuperar Gibraltar. Es inaceptable que exista un paraíso fiscal en suelo soberano español.” 

La línea de Vox con Gibraltar siempre ha sido dura. Javier Ortega Smith, el ex secretario general del partido, extendió en 2016 una enorme bandera de España en el Peñón antes de huir a nado. Otro de los miembros del partido, Agustín Rosety, general retirado de la Brigada de Infantería de Marina, ha convertido la devolución de Gibraltar en una de sus banderas políticas. 

Desde el Peñón empiezan a elevar el tono. Fabián Picardo, ministro principal: "Vox puede decir lo que quiera sobre Gibraltar. Yo puedo decir que Galicia es francesa y eso no hace que Galicia sea francesa". 

Todo se adereza con lo que, desde España, se consideran bravatas militares. El gobernador de la colonia, David Steel, saca músculo militar y pasea en buques de la Armada a parlamentarios británicos por aguas que España considera propias. Madrid protesta con una nota verbal a Londres. Londres cierra el círculo: la prensa de la capital británica culpa a España, por la insistencia en la cogestión del aeropuerto, propiedad de la Royal Air Force. Las negociaciones del Gibrexit descarrilan; la tensión es alta.

“Patrullas de soberanía”

El que más ha elevado el tono en los últimos días ha sido el citado gobernador, David Steel. El pasado 10 de junio recibió a 15 parlamentarios británicos en el Peñón y, junto a ellos, dio un paseo por aguas que España considera propias. “El Barco de Su Majestad (HMS) Dagger y el Cutlass se desplegaron en una Operación de Soberanía (sic) acompañados de los parlamentarios, que experimentaron la emoción de navegar a 40 nudos alrededor de Punta Europa [la zona sur de la colonia]”, se lee en un comunicado de las Fuerzas Británicas en Gibraltar. “Después, Su Excelencia el Gobernador y el Ministro Principal [Fabián Picardo] hablaron con el grupo sobre los retos y oportunidades del marco político siempre cambiante en la región”. Es decir, sobre la posibilidad de que haya una salida no negociada: Un NNO, las siglas en inglés del plan de contingencia que prepara el Gobierno del Peñón por si las conversaciones no llegan a buen puerto y la Verja se entorna para los llanitos que quieran acceder al resto de la Península. Muchos tienen casas en Cádiz. 5.000 de los 30.000 gibraltareños pasan a diario al lado español. 10.000 españoles van a Gibraltar a trabajar en servicios como la salud, los juegos online o la hostelería. 

España ha mandado una nota verbal de protesta, según ha adelantado The Diplomat y han confirmado a este periódico fuentes diplomáticas. En ella, el Ministerio de Exteriores recuerda a la contraparte británica que esas aguas en litigio no fueron cedidas por el Tratado de Utrecht y son de soberanía española. Y que Naciones Unidas condena el uso militar de los territorios no autónomos. 

La respuesta fue desoída por el Gobernador británico, que este mismo lunes se ha subido en otra embarcación de la Royal Navy y ha realizado otra “patrulla de soberanía” en ese mar en disputa. Luego contó el periplo en la red social Twitter: se le veía subido en una lancha neumática, aunque dentro de las aguas del puerto. 

Los barcos y submarinos nucleares siguen atracando en el puerto de la Armada británica a un ritmo elevado. El pasado 2 de julio coincidieron en la base militar tres buques de la Royal Navy: el HMS Trent, el HMS Forth y el RFA (Real Flota Auxiliar) Tidesurge. 

Estas exhibiciones de fuerza reflejan la dualidad que impregna todo el dosier gibraltareño: existen dos almas aparentes, la de las Fuerzas Armadas británicas y la del Ministerio de Exteriores; el asunto civil, la mejora de la vida de gibraltareños y gaditanos, y el militar, las bases de Reino Unido en un enclave estratégico para controlar las aguas del Mediterráneo y las comunicaciones. 

Fuentes diplomáticas españolas creen que los actos de los últimos días son una clara provocación relacionada con los diferendos militares, pero dicen no entender cuál es el mensaje que quieren mandar británicos y llanitos.

Negociaciones sobre Gibraltar suspendidas

Las negociaciones están en estos momentos suspendidas por el adelanto electoral por sorpresa de las elecciones. La idea original era acelerar antes del verano para que todo estuviera listo en el segundo semestre. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen (la UE lidera las negociaciones con Reino Unido sobre el tema), y Pedro Sánchez “derribando” la Verja. Pero ahora todo está en pausa. Y se empiezan a generar relatos en todos los bandos para amortiguar el golpe de un no-acuerdo.

El diario amarillista británico Daily Mail publicó la semana pasada un artículo titulado “Cómo España podría DESTROZAR (sic) la economía de Gibraltar si el partido de extrema derecha Vox lleva a cabo sus amenazas de cerrar la frontera con territorio británico si llega al poder en las elecciones del 23 de julio, como se teme". El The Times, uno de los medios decanos de Fleet Street, alertaba de que el acuerdo peligra por las peticiones españolas sobre el aeropuerto, que fuentes gibraltareñas y británicas consideran que tocan la cuestión de la soberanía. El aeródromo de la RAF está gestionado por una empresa civil por medio de una concesión. Madrid quiere que sea de gestión compartida. 

En el Acuerdo de Nochevieja de 2020 entre Reino Unido y España, las partes decidieron negociar los detalles de tránsito de personas y mercancías, u otras como la armonización fiscal o temas medioambientales comunes, sin tocar el conflictivo asunto de a quién pertenece el Peñón y sus territorios adyacentes. Pretendían crear una “zona de prosperidad compartida”. Las negociaciones formales las llevan a cabo la Unión Europea y Reino Unido.

Gibraltar en campaña

Fabián Picardo también ha comenzado la precampaña para las elecciones de Gibraltar, previstas para el otoño. El tema del acuerdo va a ser la clave. Picardo está mandando señales de todo tipo en los últimos días. A los diputados británicos les ha dicho esta semana que Gibraltar nunca será española. “Gibraltar no es español. Gibraltar no ha sido probablemente nunca español porque la España que tenía Gibraltar no era la España que tenemos hoy. Era Castilla y todo el resto. Y Gibraltar nunca va a ser español, esa es la realidad", ha afirmado. “Y punto”, añadía en Twitter. Ante su Parlamento, ha asegurado que las negociaciones no pueden seguir hasta que terminen las elecciones en España, pero que el acuerdo está “a distancia de un beso”, según la expresión británica. 

El tema también ha entrado en la campaña española. El secretario general del PSOE de Cádiz y candidato al Congreso en las Elecciones Generales, Juan Carlos Ruiz Boix, ha criticado la propuesta electoral sobre Gibraltar del Partido Popular. En ella se llama a reanudar "un diálogo responsable con el gobierno británico para abordar el proceso de descolonización de Gibraltar y la recuperación de la soberanía conforme a la doctrina establecida por Naciones Unidas”. Sobre la situación de interinidad en el Peñón, los populares dicen que abordarán “la situación surgida tras el Brexit, defendiendo los intereses españoles en materia fiscal, financiera, medioambiental y de seguridad, y prestaremos especial atención a la circulación de personas”. Boix ha afeado en un comunicado que el programa electoral del PP se centre en la recuperación de la soberanía, “que exceden de las materias que se están tratando en la mesa de diálogo” y no se apueste con fuerza por “la puesta en marcha de una Zona de Prosperidad Compartida, que nos haga iguales y nos permita compartir vecindad, convivencia, amistad y también compartir economía y empleo".