Hace seis años que el PSC ligó su suerte a la de Pedro Sánchez. Aquel Miquel Iceta desgañitándose en la Fiesta de la Rosa de Gavá con su ya mítico "¡Pedro, mantente firme, líbranos de Rajoy" marcó un punto de inflexión en la tendencia descendente de un socialismo catalán mermado por el 'procés'. Exactamente 2.190 días después, Sánchez ya no está en la oposición, sino en la Moncloa, y el PSC, ahora con Salvador Illa al frente, es la primera fuera política en Catalunya. Pero la espina clavada sigue siendo la de llegar a la presidencia de la Generalitat, un hito que consideran que tocarán con la punta de los dedos si primero conquistan el otro lado de la plaza de Sant Jaume: la alcaldía de Barcelona.

"Que la fuerza nos acompañe", ha pedido Jaume Collboni afianzando su rol de alcaldable des de la Fiesta de la Rosa. El aquelarre por excelencia de inicio de curso del PSC, que este año ha recuperado la asistencia multitudinaria tras la pandemia, ha sufrido la baja inesperada del presidente Pedro Sánchez, que a primera hora anunciaba que había dado positivo en covid. La alteración del elenco en el escenario ha tenido como consecuencia que el foco se centre en la batalla de las elecciones municipales. Tanto Illa como Collboni han abogado por "abrir una nueva etapa" que acabe con la presidencia de Pere Aragonès por un lado y con la alcaldía de Ada Colau por el otro. "Juntos lo haremos", ha exclamado Illa como forma de blindar el tándem.

Los socialistas se erigen en la alternativa estable a los gobiernos que "crean problemas" en lugar de "solucionarlos" y que quedan atrapados en sus crisis internas en lugar de encargarse de la que afecta a los ciudadanos. "A más PSC, menos lío", ha dejado caer Collboni, que se ha esmerado en contrarrestar el runrún constante que pone en jaque su candidatura. Está previsto que, si nada cambie, sea ratificado en noviembre. "Hagámoslo juntos", ha añadido mirando a los ojos de Illa. Desde el escenario se han dedicado a espolear la "marea socialista" que auguran que está por venir. Así lo espera el PSC y así lo espera especialmente Sánchez, quien en las autonómicas y les municipales de mayo del 2023 se juega el pasaje de la continuidad en la Moncloa.