El religioso leonés Manuel García Viejo, de 69 años, que ha muerto en el Hospital Carlos III de Madrid tras contraer el ébola en Sierra Leona, es el segundo español víctima de este virus tras el fallecimiento del hermano Miguel Pajares el pasado 12 de agosto.

La muerte de García Viejo, miembro de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (OHSJD), al igual que Pajares, se produce casi cuatro días después de ser repatriado a España.

Fuentes hospitalarias han informado a Efe que el fallecimiento de Manuel García Viejo se ha producido a las 17:55 horas.

A su llegada en la madrugada del pasado lunes, Manuel García Viejo presentaba un cuadro grave por deshidratación y una afectación hepatorrenal importante.

El avión medicalizado del Ejército del Aire que le trajo aterrizó en la base aérea de Torrejón en torno a las 03.15 de la madrugada, procedente de Sierra Leona; media hora más tarde, el religioso fue ingresado en el Hospital Carlos III de Madrid.

En el T.10 (C-130 Hércules) del Ala 31 de Fuerzas Aéreas del Ejército del Aire, adaptado para la repatriación viajaban dos tripulaciones, integradas cada una por un piloto, un copiloto, un navegante y un auxiliar.

Los sanitarios que le atendieron no le han podido administrar el suero experimental ZMapp al estar agotadas las existencias.

Nacido en Folgoso de la Ribera (León), García Viejo era director médico del Hospital San Juan de Dios de Lunsar, en Sierra Leona.

Además de cirujano, era médico especialista en medicina interna y diplomado en medicina tropical, y pertenecía a la OHSJD desde hace 52 años.

En los últimos 30 años trabajó en el continente africano (en Ghana, Camerún y Sierra Leona) y, de ellos, los últimos doce fue director médico del Hospital San Juan de Dios en Lunsar.

El religioso recibió cuidados en una Unidad de Ébola del hospital de Freetown después de que se le diagnosticara la enfermedad en la madrugada del viernes, y tras permanecer varios días enfermo.

El domingo, día 21, manifestó su voluntad de ser repatriado a España y a continuación el Gobierno puso en marcha por segunda vez un protocolo de repatriación.

García Viejo, al igual que en el caso de Pajares, fue ingresado en la sexta planta del Hospital Carlos III, en habitaciones de aislamiento con esclusas con presión negativa que evitan cualquier contacto del enfermo con el exterior y el riesgo de contagio.

El primer español fallecido por ébola, Miguel Pajares, llegó a España el 7 de agosto, cuando el Airbus A310 del Ejército del Aire medicalizado en el que viajaba el sacerdote aterrizó a las 08.10 horas en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid), y junto a él viajó también la monja de origen guineano y pasaporte español, Juliana Bonoha, que no padecía la enfermedad.

El religioso Pajares, también miembro de la Orden, falleció el 12 de ese mismo mes y Juliana Banoha recibió el alta médica el día 28 de agosto, tras permanecer 21 días ingresada y aislada al haber estado en contacto con el virus del Ébola.

En el Hospital Carlos III, Pajares sí fue tratado con ZMapp, medicamento que ya no está disponible y que se ha administrado a dos pacientes estadounidenses, Kent Brantly y Nancy Writebol, dados de alta tras ser tratados en Atlanta.

El brote de ébola -tipo Zaire- declarado el pasado mes de marzo en Guinea Conakry se ha extendido a poblaciones de Liberia, Sierra Leona, Nigeria y Senegal.

El virus del ébola se detectó por primera vez en 1976 en dos brotes epidémicos casi simultáneos ocurridos en Nzara (Sudán) y Yambuku (República Democrática del Congo).

De los diferentes brotes que se han registrado desde 1976 hasta ahora, el actual es el que más muertes ha provocado, seguido del ocurrido en 1995 en Kiwit (Zaire), donde una epidemia de ébola-Zaire afectó a 315 personas y unas 254 fallecieron, con un índice de mortalidad del 81 por ciento.