La Guardia Civil ha detenido a 13 personas, 9 búlgaros y 4 españoles, como presuntos integrantes de una "peligrosa" organización dedicada al narcotráfico y al robo de vehículos de alta gama, que sustraía partidas de droga a otras redes simulando ser miembros de cuerpos de seguridad del Estado.

Esta organización ha sido desarticulada en la denominada operación "Mejana", que se ha desarrollado en Madrid, Alicante, Málaga y Cádiz, y en la que también se le ha imputado un delito de integración en organización criminal a una mujer búlgara, madre de uno de los detenidos, ha informado la Guardia Civil.

Además se han practicado diez registros, 4 en Madrid, 3 en Cádiz, 2 en Málaga y 1 en Alicante, en los que se han intervenido 800 kilos de hachís, 6 vehículos de alta gama, 1 kilo de cocaína y material para la sustracción de vehículos. Asimismo, se han bloqueado otros 31 vehículos y 4 inmuebles.

Los investigadores han averiguado además que la red podría haber blanqueado durante los últimos años más de tres millones de euros a través de la adquisición de inmuebles y vehículos de alta gama.

Esta red vendía a narcotraficantes vehículos robados a los que previamente instalaba sistemas electrónicos de localización para conocer todos sus movimientos y posteriormente, simulando ser miembros de algún cuerpo policial, les robaban la droga.

Las investigaciones se iniciaron a finales de 2011 cuando los agentes detectaron en Benidorm (Alicante) a un ciudadano búlgaro que mantenía frecuentes contactos con otros compatriotas con antecedentes por tráfico de drogas.

Esa circunstancia, unido al elevado nivel de vida que llevaba a pesar de no constarle actividad laboral alguna, hizo sospechar de que pudiera estar implicado en alguna actividad delictiva.

Tras las primeras investigaciones se averiguó que esta persona vivía en un lujoso chalet en una urbanización marbellí, que posteriormente se supo que era la vivienda utilizada por el grupo como base de operaciones para la planificación de sus acciones delictivas.

Después se conoció que en la cúpula del grupo figuraba una segunda persona afincada en Estepona (Málaga), también de nacionalidad búlgara, y que ambos sospechosos dirigían un grupo especializado en el robo de vehículos de gama alta, especialmente todoterrenos, que posteriormente vendían a organizaciones de narcos en las provincias de Málaga y Cádiz.

La red, antes de vender los coches a los traficantes, les instalaban localizadores electrónicos para conocer sus movimientos (lugares por donde circulaban, almacenes utilizados para la ocultación de las drogas o domicilios).

Con esa información y, una vez que tenían conocimiento del momento en el que se iba a producir el golpe, les robaban la droga haciéndose pasar por agentes policiales.

El grupo operativo de delincuentes búlgaros, residentes en Alicante, Málaga, Cádiz y Madrid, tras recibir a través de tres vecinos de nacionalidad española y residentes en la Línea de la Concepción (Cádiz), información sobre posibles desembarcos de droga, personas u organizaciones dedicadas a esta actividad delictiva, se desplazaban a Marbella (Málaga), donde planificaban el golpe.

Los ciudadanos españoles colaboraban además con las redes de narcotraficantes prestándoles apoyo en vigilancia y seguridad durante operaciones de desembarco de droga en las costas gaditanas de Algeciras y de la Línea de la Concepción.