Vecinos del barrio de Espíritu Santo de Espinardo, puestos en contacto con esta redacción, afirman que la fiesta que llegó a concentrar a casi 300 personas en la calle Sevilla de la pedanía no acabó tras la intervención policial si no que lo hizo por iniciativa propia a "altas horas de la madrugada".

Después de que la Policía Local de Murcia acudiese a la zona de los hechos, tras la difusión de la noticia por parte de LA OPINIÓN, y un total de cinco patrullas consiguieran disolver la macro concentración, en la que cientos de personas bebían y festejaban en plena calle sin apenas respeto por las normas sanitarias impuestas para prevenir la expansión del coronavirus en la Región y en el resto del territorio nacional (desde la prohibición de reuniones multitudinarias a la distancia de seguridad, pasando por las mascarillas), los testigos cuentan a esta redacción que todo se trato de "un paripé" y que la fiesta "se trasladó a 3 calles más para allá, a la calle Carmen la Roja".

Allí, siempre según el relato de estos vecinos, siguió la celebración hasta altas horas de la madrugada "con altavoces incluidos", una vez se hubieron retirado de la zona los agentes de policía. Según informan fuentes de Policía Local de Murcia, además del concejal de Seguridad Ciudadana, Eduardo Martínez-Oliva, previamente y al tratarse de "un problema de orden público", se solicitó ayuda a la Policía Nacional, aunque esta no puedo propocionarla al "no disponer de unidades suficientes".

Falta de prevención

Según los testimonios recogidos, los vecinos estuvieron llamando al 112, a la Policía Nacional y a la Policía Local durante toda la mañana de ayer, al tener conocimiento de que se estaba organizando este macrobotellón, sin que ninguna patrulla hubiera acudido para impedir esta congregación multitudinaria al menos hasta después de ser publicada por esta redacción, que llegó a reunir a centenares de personas que han llegado con altavoces gigantes alquilados y que llevan varias horas bebiendo y comiendo al aire libre. "Tanto decir la Policía Local que han multado a miles de ciudadanos por no llevar mascarilla, y aquí no ha venido ningún agente pese a que hemos llamado más de cuarenta veces", se lamentaba un vecino, quien añadió que "nos dicen 'ahora mandamos una patrulla' pero aquí no hemos visto a agente alguno".

Los residentes en la zona, según indica, llevan años sufriendo los perjuicios de las fiestas en la calle (sobre todo molestias de ruido) aunque en esta ocasión este macrobotellón ha generado más alarma por la gran cantidad de contagios de coronavirus que se están produciendo en esta segunda ola. "No es normal que avisemos a las fuerzas y cuerpos de seguridad desde por la mañana y no se haga nada para impedir este macrobotellón", afirmaba un residente.

Paripe, falso, solo se traslado a 3 calles más para allá, a la calle Carmen la Roja, hasta altas horas de la madrugada con altavoces incluidos, pero bueno, no merece la pena polemizar...