Los vecinos de la pedanía murciana de Torreagüera perderán en los próximos meses la preocupación por quedar aislados cuando se produce un episodio de lluvias torrenciales. El Ayuntamiento de Murcia ya está trabajando con los responsables de Urbamusa; el pedáneo de Torreagüera, Fulgencio Perona; y la CHS en el diseño de los nuevos puentes que se construirán sobre la rambla del Garruchal a su paso por esta zona para solucionar un problema que se repite año tras año cuando llega la temida gota fría.

La última reunión ha sido esta semana y en ella se han concretado cuáles serán las características de esta infraestructura, cuyo proyecto se encuentra en redacción. El objetivo es construir dos obras de paso sobre la rambla del Garruchal a su paso por esta pedanía, una de ellas sobre la carretera de San Javier RM-302 y otra sobre el cauce a su paso por el Rincón del Gallego, que da acceso a una zona industrial.

La concejala de Movilidad Sostenible y Juventud, Rebeca Pérez, explica a LA OPINIÓN que la carretera RM-302, que une Torreagüera y Beniaján, presenta un paso sobre esta rambla que se encuentra en la actualidad a nivel del lecho de la misma, de forma que ante avenidas de escorrentía se corta el paso, tanto del tráfico rodado como el peatonal, generando situaciones de alto peligro.

En este punto hay actualmente una pasarela metálica para el paso peatonal que se instaló hace unos años, tal y como recuerda Fulgenio Perona, un paso que resulta insuficiente al quedar completamente inundado cuando baja agua por esta rambla. El segundo punto donde se harán obras de mejora del paso es en la zona del Rincón del Gallego, que conecta Torreagüera con el polígono industrial de la zona.

En este caso, el firme correspondiente a la vía de tráfico rodado se encuentra a nivel del lecho de la rambla, presentando los mismos problemas que el anterior. Actualmente tiene instalada una pasarela de madera que permite el tráfico peatonal tan solo en caso de escorrentía de baja entidad. La edil responsable indica que para redactar este proyecto Urbamusa está siguiendo las directrices que la Comisaría de Aguas y la Confederación Hidrográfica del Segura les han trasladado a través de distintos informes.

Así, las obras consistirán en la adecuación de la calzada, de forma que el paso de la rambla no afecte a la circulación de tráfico rodado o peatonal. Para ello se instalarán marcos prefabricados de hormigón que permitirán el paso de las aguas de escorrentía, ejecutando sobre ellos el firme de calzada y peatonal.

Además, se adaptará la nueva cota de los viales a los portales existentes y se modificarán los servicios necesarios, como son el alumbrado público, adaptando las columnas a la nueva cota, y desvíos de servicios, como elsaneamiento, abastecimiento, telecomunicaciones y otros. También se dotará a las vías de la señalización vertical y horizontal, así como de los elementos de protección urbanos necesarios, debido al desnivel que se generará entre la cota del nuevo pavimento y la rambla, como son barandillas y protecciones. El pedáneo de Torreagüera recuerda que esta obra se trata de ''una demanda vecinal de hace tiempo'', aunque recuerda que hace unos años se colocaron una pasarela de madera y otra metálica para que los empleados del polígono industrial pudieran cruzar.

En este caso, insiste también Perona en que en la zona del barrio de San Blas (espacio que divide a las pedanías de Beniaján y Torreagüera) los vecinos también quedan aislados cuando baja mucho volumen de agua por la rambla, al tiempo que subraya que las avenidas en ocasiones son inesperadas, ya que ''aunque no haya llovido en la pedanía sí lo ha hecho en lo alto del puerto del Garruchal y el agua tarda en bajar, por lo que no se sabe cuándo se va a producir''. Pese a ello, reconoce que las últimas semanas del mes de septiembre suelen ser cuando se concentran más fenómenos de este tipo.