«Crees conocer a una persona y, después de 25 años, no la conoces», indica la madre de la menor de 15 años de edad a la que su padre, presuntamente, violó tres veces y llegó a dejar embarazada en Murcia. Al referirse a él, la mujer le quitaría el ´presunto´ que, por ley, se ha de aplicar a las personas que están a la espera de juicio y de una condena firme. Es el caso de este hombre «que no tiene calificativo», tiene claro la señora.

«Saber las atrocidades que le ha hecho a mi niña es lo peor», relata a LA OPINIÓN esta vecina de Murcia, cuya identidad preserva para salvaguardar, a su vez, la de su hija. Una adolescente que, tras las atrocidades que pasó, está «con psicólogos, al igual que toda la familia», señala la madre.

«Es un tormento terrible», apunta la mujer, que aún tiene «miedo» de lo que pueda pasar si su todavía esposo sale de prisión.

La primera vez que la violó fue en el verano de 2016, en la casa de la playa de un familiar en Valencia. Después del ataque, ella estuvo unos meses evitándole, hasta que decidió que tenía que volver a hablar con él porque era su padre. Volvió a sufrir una agresión sexual, esta vez en el domicilio familiar, entre febrero y marzo de 2017. Entonces él le dijo que, si contaba algo, él iría a la cárcel y su madre «se iba a quedar sola». En septiembre de aquel mismo año se produjo la tercera violación, también en su domicilio.

«Intentamos tener una vida normal, pero no se puede», indica la señora, que se deja la piel en proteger tanto a su hija como a los dos hermanos de ésta. La adolescente no solo «no se concentra» en clase, sino que «está con pastillas, con psiquiatras, y, cuando está durmiendo, se levanta con pesadillas», manifiesta.

Esta vecina de Murcia admite que, tras el suceso, «nos aislamos». Aunque en un primer momento se detuvo también a la madre (dado que había acompañado a su hija a abortar), las investigaciones posteriores, así como el testimonio de la víctima, corroboraron que la mujer no era conocedora de los hechos. La mujer es una víctima más de un hombre que «no merece calificativo, no hay calificativo para él», sostiene.

«Insultas a los monstruos si a él le dices ´monstruo´», asevera la señora sobre un hombre del cual desea divorciarse cuanto antes: ya ha iniciado los trámites.

«Lo conocí con 15 años y éramos como cualquier pareja que se conoce en el instituto», rememora la mujer. Ahora él tiene 40 años y vive en una celda «de aislamiento», denuncia su todavía esposa. Algo con lo que no está conforme, ya que supone «una protección para él, cuando el daño que ha hecho es tremendo».

«Mi miedo es que él salga de la cárcel, porque es muy violento», explica la mujer, que denunció a su esposo por violencia de género. «Le pusieron cinco días de arresto», hace hincapié.

Esta víctima recuerda que, cuando la Policía acudió a arrestar al hombre, «pensé: ´me llevan a mí, porque lo mato´». Reitera que «el daño es tremendo».

La mujer ha contratado los servicios de un abogado para que se haga cargo del caso. La instrucción está en marcha. Lo que ella desea es que este sujeto pase el mayor tiempo posible entre rejas.

Nadie de la familia ha ido a ver a este individuo a la cárcel. Cuando le toque declarar, en el juicio, la mujer quiere hacerlo por videoconferencia. «Uno de mis hijos me ha dicho que, para cuando salga (el sospechoso), él ya tendrá hecha su vida y no tendrá que verlo más», dice.