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Seguridad

Así son los negociadores: la élite policial en secuestros

Los dos inspectores jefes que ejercen esta función en la Región han resuelto en apenas mes y medio tres emergencias con éxito

Así son los negociadores: la élite policial en secuestrosIsrael Sánchez.

­Actúan en situaciones límites: tentativas de suicidio, atracos a bancos en los que hay rehenes o, como la última vez, cuando un hombre se atrinchera en su casa y amenaza con hacer daño, en ese caso a sus propios hijos.

La Policía Nacional de la Región de Murcia cuenta con dos expertos negociadores en esta comunidad. Se trata de dos inspectores jefe que a diario realizan otras tareas (en Jefatura, en la capital murciana), y que han de estar disponibles las 24 horas del día, por si acaso se requiere su presencia en una emergencia.

En apenas mes y medio, estos agentes han tenido que movilizarse para intervenir en tres casos. Los tres tuvieron final feliz. El primero, el del hombre que se encaramó a la Catedral de Murcia. El segundo, un vecino de Javalí que se encerró en su vivienda (de la que su pareja pudo escapar) escopeta en mano. El tercero, el de Patiño: un maltratador con una orden de alejamiento agredía a su ex y se atrincheraba con sus dos hijos pequeños en el domicilio.

Cuando, en cualquier punto de la Región, se produce una situación así, se activa el protocolo de forma inmediata, y se avisa a estos dos inspectores.

Su arma, en esta ocasión, es la palabra. La comunicación para acercarse al individuo, frenarlo y, si es necesario, llegar a arrestarlo. El negociador ha de ser mejor escuchador que orador.

Los momentos de más tensión se producen cuando la vida de una o más personas corre peligro, como pasaba en Patiño.

Lo de este verano, con tres casos, de momento, es una rareza: no es habitual que pasen casos tan extremos (y, además, tan seguidos) en la Región de Murcia, aseguran fuentes policiales.

La Policía Nacional española sigue el modelo del FBI, con un equipo central y negociadores territoriales. En toda España hay una treintena de agentes que se han especializado (con un curso que se realiza fuera de la Región), dos de ellos en Murcia. Compaginan esta tarea (excepcional) con su trabajo habitual.

Allá por 2007, la Dirección General de la Policía finalizaba el I Curso de Negociador Policial, cuyo objetivo es crear una red nacional de negociadores antes de que finalice el año. Y lo hacía con un simulacro de secuestro con rehenes en el interior de un avión en el aeropuerto de Barajas.

Además de la Policía, la Guardia Civil, la Ertzaintza y los Mossos forman a sus propios profesionales en este ámbito.

Para hacer frente a los secuestros, a los atrincheramientos con armas o a personas que amenazan con quitarse la vida, los policías han de recibir una formación específica que en España empezó a darse hace once años.

Además, los agentes se ven obligados a actualizarse: ahora también existen los secuestros virtuales, donde se juega con el miedo de las personas. Como pasó en Patiño, pero con una pantalla en medio.

Tras el periodo lectivo y después de ser sometidos a diversas situaciones de estrés, en las que se mide también su resistencia psíquica y física, los agentes son declarados aptos o no para desempeñar la labor de negociador. Los dos inspectores de Murcia han demostrado ser aptos.

El perfil del negociador es una persona dotada de habilidades sociales, gran improvisadora, empática, socialmente cálida y emocionalmente fría.

El negociador es un ´manipulador´ que a veces persuade y otras disuade, conocedor de las técnicas policiales, con una sólida experiencia y capaz de resolver cualquier incidente con rehenes sin que se produzcan víctimas en ningún bando.

El Curso de Negociador Policial compagina la teoría y la práctica con la intención de formar expertos en habilidades sociales, comunicación persuasiva, con imaginación y dotes escénicas. Se llevan a cabo prácticas en las que se tiene que liberar, por ejemplo, a un niño secuestrado, o vérselas con un maltratador que llama al 112 y que retiene a su esposa, o a un empresario que es víctima de extorsión.

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