"El arraigo por sí solo no garantiza su presencia a disposición del proceso y del juicio". Lo tiene claro la titular del Juzgado de Instrucción Número Nueve de Murcia, Olga Reverte, que ha vuelto a denegar la libertad provisional de Hristo I. K., en la cárcel desde diciembre por mandar al hospital de un puñetazo al joven Andrés Martínez.

El portero del ya conocido como 'caso 609' está "casado, es padre de familia con dos menores, escolarizado en este partido uno de ellos, está al día del préstamo hipotecario y consta en la causa que carece de antecedentes penales", señala la juez, que también recuerda que la Audiencia Provincial ya desestimó la libertad del sospechoso, de origen búlgaro, después del brillante alegato del abogado de Andrés, Francisco Adán.

«La víctima no es Hristo: la víctima es Andrés Martínez Cerón. Un chico al que la actuación de una persona le ha cambiado la vida para siempre», explicaba entonces al tribunal el letrado.

La Fiscalía (en aquella ocasión, ante la Audiencia, y también en ésta) no se opone a la puesta en libertad del portero. En concreto, respaldaría la excarcelación si el procesado presenta una fianza de 6.000 euros, se le retira el pasaporte y se le obliga a presentaciones periódicas en el juzgado.

La juez recuerda que el búlgaro está en prisión provisional "por unos hechos que pudieran ser constitutivos de delito de homicidio en grado de tentativa o lesiones graves, con el agravante de abuso de superioridad". Apostilla que también están investigados otros tres porteros (ninguno en la cárcel) por "un delito de omisión del deber de socorro", ya que dejaron a Andrés tendido en el suelo y se fueron con Hristo después del puñetazo. Estos porteros son Julio F. Z., Djamal A. y Luis Fernando D. A.

A falta del informe forense definitivo, la víctima presenta "un perjuicio estético ligero, hemiparesia leve derecha, trastorno cognitivo y daño neuropsicológico leve", además de "probable anosmia/ageusia". Anosmia es la pérdida del sentido del olfato. Pueden ser temporal o crónica.

Andrés pasó 42 días en el hospital, donde llegó a temerse por su vida. La próxima revisión con el forense la tiene en noviembre. "No se teme por su vida, pero su evolución no ha terminado ni está consolidada la gravedad de sus lesiones", apostilla el auto.