­El panteón real donde fueron enterrados varios emires murcianos de la tercera taifa, como el caso de Aben Hud, quien se rindiera en 1266 ante el Infante Alfonso y le entregara las llaves de la ciudad de Mursiya, la cual pasaría a denominarse Murcia, así como, «posiblemente» de la segunda taifa, ha sido identificado y localizado en el Puerto de la Cadena. Este hallazgo histórico es fruto del trabajo llevado a cabo en los últimos meses por el equipo de investigación encabezado por Antonio Vicente Frey Sánchez, doctor en Arqueología e historiador. Los resultados de este descubrimiento se presentaron anoche en la iglesia de San Juan de Dios, en el marco de la conferencia Enterramientos reales en el conjunto monumental San Juan de Dios. De los reyes taifas a Alfonso X. Según explicó Frey, la segunda taifa duró entre 1147 y 1172, y tuvo un único emir, Muhammad b. Saad b. Mardanish, el célebre rey Lobo, que luchó contra los almohades hasta su muerte, en la ciudad de Murcia.

La tercera taifa duró entre 1228 y 1266, y tuvo como emires a Muhammad b. Yusuf b. Hud, el célebre Aben Hud, y a otros cuatro emires más. Con ambas taifas Murcia fue capital de Al-Andalus. La última de ellas fue disuelta por Alfonso X durante la Reconquista e integrada en el Reino de Castilla y León en 1266, tras aplastar la revuelta mudéjar con ayuda de su suegro, el aragonés Jaime I. Precisamente, el historiador murciano, destaca que «gracias al Llibre dels Feyts (Libro de los Hechos) de Jaime I, una crónica personal de su reinado escrita en catalán medieval, se ha podido identificar el emplazamiento del panteón».

Este texto, poco conocido, escrito en 1266, cuando Jaime I ponía sitio a Murcia, indicaba que «en la montaña donde se va a Cartagena enterraban a los reyes de Murcia, y en un peñón, Aben Hud reposa». Estos datos han permitido identificar este peñón como el Morrón del Puerto de la Cadena, en donde se ubica un edificio de época medieval, que hasta ahora tenía difícil identificación. En la cumbre del Morrón del Puerto de la Cadena se sitúa lo que se conoce como el Castillo de La Asomada. Se trata de un recinto rectangular cuya construcción los arqueólogos atribuyen a Ibn Mardanish, el rey Lobo. Su planta es muy similar al Castillejo de Monteagudo y al anterior palacio de Santa Clara La Real, que hay debajo del que hoy puede visitarse. Esos elementos permitieron a anteriores investigadores atribuirlo a aquel emir de la segunda taifa murciana. Sin embargo, la tipología del edificio no parecía ajustarse a la de un castillo, es decir, un edificio militar, sino a un edificio civil, pero hasta ahora no había ninguna prueba que permitiera saber de qué tipo, tal y como explica Antonio Vicente Fray.

Las sucesivas prospecciones arqueológicas llevadas a cabo por su equipo después de la lectura del texto de Jaime I, y su localización, han permitido identificar el denominado ´Castillo de La Asomada´ como el panteón de los emires murcianos, aunque aún faltaría una excavación arqueológica para determinar exactamente la estructura interna del panteón. Asimismo, mantiene que no se han encontrado restos de enterramiento, ni se espera encontrarlos, porque, del mismo modo que hizo Boabdil cuando entregó Granada a los Reyes Católicos, «creemos plausible pensar que Abu Bakr b. Hud, último emir efectivo de Murcia, desmontó y destruyó el panteón en 1266, y se llevó los restos de sus antepasados al exilio, ya que las fuentes castellanas de la época no dicen nada de restos humanos en La Asomada». En el equipo de investigación encabezado por Antonio Vicente Frey Sánchez, que se ha financiado con capital privado, han participado Pedro Rosique Giménez y Mariano Sanz Navarro, quienes para las prospecciones han contado con autorización de la dirección general de Bienes Culturales.

CARRERAS

Actividades científicas y divulgación

Antonio Vicente Frey Sánchez es doctor en Arqueología, especializado en historia de la Edad Media, concretamente, de la historia del Occidente Musulmán. Ha impartido docencia en las universidades de Murcia, Granada y La Plata (Argentina) como profesor de Arqueología e Historia Medieval, colaborando con profesores del prestigio de Juan Torres Fontes; Antonio Malpica Cuello o Miguel Rodríguez Llopis. Ha trabajado en instituciones de investigación tales como el Institut de Recherche de les Textes e Histoire. Section Arabe de la CNRS (París), la UMU; la Escuela de Estudios Árabes del CSIC, la Universidad de Granada o el Museo de la Alhambra. Asimismo, ha participado en excavaciones en yacimientos arqueológicos como el de la ciudad de Murcia, las misiones jesuíticas de los siglos XVII y XVIII (Misiones, Argentina); o castillos del Alto Segura (Albacete y Murcia). También ha participado en proyectos de investigación antropológica en el Gran Chaco (Tucumán, Argentina) y el Magreb Occidental (Marruecos y Mauritania). Actualmente, compagina sus actividades científicas y de divulgación con nuevos proyectos en torno a la historia medieval del Mediterráneo occidental o el cambio climático en la Edad Media. l. o.