Soñar con tener en Murcia el encanto del Central Park de Nueva York es lo único que saldrá gratis con el proyecto más ambicioso que el concejal de Urbanismo pretende legar a la ciudad y a las futuras corporaciones, pues ya advirtió ayer Fernando Berberena que reordenar los 500.000 m2 del futuro Parque de Levante, en las inmediaciones de la FICA, durará décadas.

De momento, el Ayuntamiento no dispone de la titularidad del 100% del suelo, ni de presupuesto ni de los proyectos. Tan solo el boceto de los arquitectos Terence Riley y John Keenen, del estudio R/K de Nueva York, que ayer desvelaron algunas singularidades del plan maestro encargado por el alcalde. Descartadas las opciones de crear en Murcia un gran museo de arte moderno o contemporáneo por la similitud con el futuro Muram de Cartagena, del IVAM de Valencia o el Guggenheim de Bilbao, Berberena justificó la apuesta por el Museo de Arte, Diseño y Medio Ambiente (MADMA) «porque no existe ninguno en el mundo donde se muestre la historia del diseño y la arquitectura universal y, en particular, la mediterránea y la de las Tres Culturas –cristiana, islámica y judía–».

Pero el proyecto de Riley y Keene no profundiza en los contenidos del museo –«hay accesibilidad a ciertos legados ya existentes, pero hacer una colección permanente es algo que durará toda la vida», insistió el edil– sino en el entorno, que será «un paisaje artístico único en el mundo» capaz de incentivar la curiosidad de los cuatro millones de personas que viven a menos de dos horas del municipio de Murcia.

El Master Plan prevé intervenir en una pastilla verde paralela al Segura que se extenderá desde la Fica hasta los planes parciales Los Dolores 1 y 2 y Puente Tocinos 2 y 3, más allá de la avenida Miguel Induráin y junto a la avenida de Beniaján. Junto al museo habrá paseos con esculturas de los mejores artistas contemporáneos de América y Europa, coquetos miradores en el cauce del río, un anfiteatro al aire libre, una pradera verde para conciertos, un semillero que ofrecerá vivienda y estudio a artistas, restaurantes que cosecharán sus alimentos en huertos y terrazas, caminos románticos entre cítricos con podas artísticas, campos de juegos, canchas deportivas... Esta gran apuesta es, según Riley, un homenaje a la arquitectura paisajística. «Cualquier elemento del parque será en sí mismo una obra de arte y ahí es donde radicará su singularidad», destacó Berberena, quien avanzó que todos los elementos del parque serán diseñados mediante concursos «donde se premiará la originalidad, la utilidad, la economía de la construcción y el fácil mantenimiento». El próximo paso: redactar los proyectos y encontrar recursos.