La apertura de un nuevo bar de copas en el centro de la ciudad suele acarrear a menudo conflictos. El más reciente fue el que enfrentó a los vecinos de la plaza Condestable con el bar Plaza 3, que ha desatado las iras de varias comunidades de vecinos. También ocurrió algo parecido con la apertura de la discoteca Boutique, que ocupa el espacio que dejaron tres salas de los cines Centrofama. El Ayuntamiento abrió expediente a la empresa por carecer de licencia tras recibir una denuncia vecinal y pudo inaugurarse meses más tarde una vez subsanados los impedimentos legales. En la zona del campus de la Merced, epicentro de la movida juvenil, también han proliferado las quejas por el ruido de los bares, e incluso la Asociación de Vecinos San Lorenzo-Universidad, que preside el abogado Adolfo López, de Juristas contra el Ruido, ha llegado a plantear sus demandas al Defensor del Pueblo. Y en la zona del residencial Villa Carmen, en la zona de El Ranero, los vecinos también han acudido en varias ocasiones a los tribunales para pedir amparo ante los excesos de ruido en locales de Mariano Rojas. Fuentes del Ayuntamiento explicaron que se tiene muy en cuenta la necesidad de compatibilizar el descanso de los vecinos con la existencia de negocios de hostelería cuidando especialmente el cumplimiento de la normativa, manteniendo contactos con los vecinos y estableciendo dispositivos de vigilancia y control con la Policía Local.