‘Jueves de Serenata’ en Lorca

Ángela Lario García tiene ocho meses y medio y este miércoles recibía la medalla de la Virgen de los Dolores. En brazos de su madre, Ángela García Lizarán, y a los pies de la Dolorosa le imponían la insignia de la Virgen de los Dolores que a buen seguro llevará el día que cruce el umbral de San Francisco luciendo la clásica mantilla española para acompañar a la talla de Capuz. La emoción embargaba a sus padres, Inocencio Adriano y Ángela, pero también a sus abuelas, azules, Adriana y María Jesús, y a su abuelo Luis.

Ángela fue una de las más de medio centenar de azules que en el último día de Septena recibían la medalla de la Dolorosa. La imposición la hacía el párroco José Sánchez, al que acompañaban el presidente de la Hermandad de Labradores, Paso Azul, José María Miñarro González, y la camarera de la Virgen de los Dolores, Tana García Mínguez.

“Es impresionante la gran cantidad de azules que este año pedían recibir la medalla de la Virgen de los Dolores. Y lo más significativo es que la mayoría eran pequeñas, muchas, en brazos aún de sus madres y abuelas. Y otras, lo hacían andando, pero todavía muy niñas”, afirmaba en declaraciones a La Opinión la camarera de la Santísima Virgen de los Dolores.

Los tambores y cornetas suenan en la Ciudad del Sol en los aledaños de San Francisco preparándose para este ‘Jueves de Serenata’. La cuenta atrás ha comenzado y al filo de la madrugada las puertas del viejo templo serán un mar de azules a la espera de que con la Serenata a la Virgen de los Dolores se inicie la Semana Santa lorquina.

En el interior, decenas de azules ultiman la decoración floral del trono, 3.500 rosas de la variedad Tiffany. Comparten tonalidad con el vestido que lucirá la Dolorosa, envuelta en el manto azul que ideó para ella Francisco Cayuela y que fue bordado durante siete meses, entre 1904 y 1905, con el trabajo simultáneo de 28 bordadoras. La pieza fue la primera de tradición de la Semana Santa lorquina que fue bordada íntegramente en sedas con la técnica del puntillismo.

La Semana Santa lorquina arranca al filo de la madrugada con la Serenata a la Virgen de los Dolores. Pero la cofradía azul no es la única que tiene previstos actos esta madrugada, ya que a primera hora también partirá desde la iglesia de San Cristóbal, en el Barrio, el Vía Crucis del Paso Encarnado en dirección a la iglesia de San Diego. El Cristo de la Sangre será portado hasta el templo de San Diego donde permanecerá hasta el Martes Santo en que protagonizará el ‘Encuentro’ en la Plaza de la Estrella junto a la Santísima Virgen de la Soledad y Nuestro Padre Jesús de la Penitencia.

Y a mediodía será la misa en honor a la Santísima Virgen de los Dolores en la iglesia de San Francisco. En ella, se entonarán los cánticos a la Virgen con música de José Alcázar García de las Bayonas y letra de José Pallarés y el ‘Mater Dolorosa’ de Ginés Abellán.

A la misma hora, desde la antigua Puerta de Nogalte se iniciará un Vía Crucis Cuaresmal al Calvario que dirigirán ‘rezaores’ del Paso Morado. El cortejo lo integrará la imagen de la Santísima Virgen de los Dolores, obra de estilo salzillesco del escultor caravaqueño Marcos Laborda, de finales del siglo XVIII, que acompañará a los penitentes que vestirán túnica morada, rostro oculto y cargarán cruces de madera al hombro.

Y a las ocho menos cuarto de la tarde será la salida procesional de la Santísima Virgen de los Dolores, titular de la Hermandad de Labradores, Paso Azul, desde la iglesia de San Francisco. Participarán el resto de cofradía, destacando la Entrada Triunfal de Constantino y el grupo romano del Paso Blanco.