La Torre Alfonsina del Castillo recuperaba la iluminación de dos de sus cuatro fachadas que apagaban hace unos días los ladrones al llevarse el cable que suministraba de energía los grandes focos. Inicialmente, el monumento iba a permanecer a oscuras hasta septiembre, debido a los problemas de suministro de material, como aseguraba en declaraciones a LA OPINIÓN el concejal de Seguridad Ciudadana y Servicios Operativos Municipales, José Luis Ruiz Guillén, días pasados. Sin embargo, los técnicos municipales lograban subsanar los daños sin inversión alguna, como destacaba este martes. «Únicamente han podido lograr servicio a dos de las fachadas, las que dan al interior de la Alcazaba».

Las otras dos permanecerán a oscuras aún algunas semanas, hasta que las empresas encargadas del suministro del material se lo hagan llegar al Consistorio. «No hay material en los almacenes. Pero es que, además, se trata de material específico, por lo que hasta septiembre no se podrá arreglar el desaguisado que dejaron los ladrones cuando se llevaron el cableado».

El perfil de la ciudad, uno de los principales reclamos turísticos del municipio, permanece sin luz en su parte central, la que corresponde a la Torre Alfonsina. No ocurre igual en la parte de atrás del monumento, que cuenta con sus dos caras iluminadas. Desde el casco antiguo de la ciudad y la huerta la torre permanece a oscuras, mientras la muralla cuenta con iluminación. El robo se producía en julio y los ladrones lo ejecutaban por fases.

Inicialmente, la torre se quedó sin iluminación, para recuperarla al día siguiente. Sin embargo, poco después, volvía a quedarse a oscuras tras el robo del cableado. «Los técnicos se percataron de que la manguera estaba cortada y realizaron los arreglos oportunos, volviendo a iluminarse, pero al día siguiente robaron todo el cable y ya no se pudo hacer nada, porque faltaba el material», recordaba Ruiz Guillén. La iluminación de la Torre Alfonsina y la muralla del Castillo, que también abarca a la Torre del Espolón, ha ido creciendo paulatinamente.

El principal motivo del recrecimiento de la iluminación ornamental se sustentó en la promoción turística que aportaba la Alcazaba a la ciudad. Era precisamente en verano cuando se ampliaba considerablemente el encendido del Castillo con intención de que fuera visible desde distintos puntos de la comarca, especialmente desde la autovía del Mediterráneo.