El reloj marcaba las doce y diecinueve minutos del mediodía cuando los brazos de los concejales del Partido Socialista, Izquierda Unida-Verdes y Ciudadanos se alzaban hasta lo más alto para dar su voto afirmativo al Presupuesto Municipal de 2022. El ‘tripartito’ o más bien la sucesión de sumar a la coalición de PSOE y Cs la de IU-V lograba sacar adelante las primeras cuentas municipales de la legislatura en Lorca.

Tres años se han necesitado para lograr el consenso que permitía el número suficiente de votos para aprobar las cuentas que dejan atrás el presupuesto prorrogado de 2019 que aún estaba vigente y que redactó el entonces equipo de Gobierno del Partido Popular. Ese presupuesto –repetían estos días hasta la saciedad el alcalde, Diego José Mateos; el vice alcalde, Francisco Morales; el concejal de Economía, Isidro Abellán; y el portavoz de Izquierda Unida-Verdes, Pedro Sosa- “no se ajustaba a la realidad actual del municipio”.

Aunque hasta el final reclamaban el apoyo de Partido Popular y Vox ésta situación no se sucedía. Nada más lejos de la realidad. La portavoz de asuntos económicos del PP, que lleva el peso de la mayor parte de los debates que se suceden en el Pleno como si de la jefa de la oposición se tratara, Rosa María Medina Mínguez, argumentaba que los presupuestos eran una “ilusión óptica” que no se correspondía “con la realidad”.

Diego José Mateos y Francisco Morales y, al fondo, la bancada socialista y de Izquierda Unida-Verdes, que junto a la de Ciudadanos lograban sacar los presupuestos adelante. Pilar Wals

Criticaba al vice alcalde por su sueldo. “Sale más caro un vice alcalde de Ciudadanos que uno del PP”. Y señalaba que las cuentas “no salen. Los gastos pasan de 72 a 80 millones de euros y no hemos visto ningún proyecto relevante para pedanías”. La popular se mostraba sorprendida porque “se produce un incremento en gastos de personal de cinco millones de euros y solo se incluye una plaza de policía”, reclamando más inversiones en materia de “seguridad”.

Desde Vox, el edil José Martínez, argumentaba que era muy significativo que las licencias de obras se hayan reducido un 20 por ciento. “Es el botón indicativo de la situación real”. Tachaba al equipo de Gobierno de “comprar la voluntad de Izquierda Unida-Verdes”. Y afirmaba que hacía falta más agentes de policía y “no de igualdad”, a la vez que significaba que el presupuesto era para financiar la campaña electoral, mientras aconsejaba “contención, ahorro y prudencia”, por la situación de incertidumbre económica.

El concejal de IU-V señalaba que llegaban al Pleno “ilusionados”, con un proyecto que “aunque no es el nuestro” introduce “muchas cuestiones” importantes para los ciudadanos. Otra de las razones por las que anunciaba que lo aprobarían era que el presupuesto “atiende las demandas de los ciudadanos en materia de inversiones, rehabilitación, vivienda joven, barrios, pedanías…”.

En la misma línea se manifestaba el vice alcalde y portavoz de Ciudadanos que recalcaba la necesidad de la ciudad, los barrios y las pedanías de “inversiones”. Pedía a todos los grupos unidad para aprobar el presupuesto. “Un presupuesto sin tintes políticos, necesario y útil” que atiende al comercio, turismo, industria… “que pretende el dinamismo del centro de la ciudad, de los barrios y las pedanías”.

El concejal de Economía se reafirmaba en lo dicho en los últimos días. Se trata, informaba, de un presupuesto de “80,6 millones de euros, cinco millones más que los presupuestos prorrogados de 2019”. Un presupuesto, recalcaba, “muy sólido, eficiente y equilibrado” y con un importante componente de inversiones entre las que subrayaba la remodelación del Camino Viejo del Puerto y las aportaciones municipales para optar a convocatorias de los fondos europeos Next Generation.

El presupuesto municipal se aprobaba en el Pleno de este viernes, pero el acuerdo estaba rubricado mucho antes que también posibilitaba que este lunes se aprobara un modificado de 10,5 millones de euros. La sesión no estuvo exenta de polémica. Cruce de acusaciones entre la edil popular, Rosa Medina, y el vice alcalde, Francisco Morales. La primera acusaba a Morales de cobrar mucho, mientras que el segundo le recordaba que ella había recibido recientemente la aprobación para que pudiera compatibilizar su trabajo en el Ayuntamiento con el que ejerce como docente.

José Luis Ruiz, Francisco Morales, Diego José Mateos e Isidro Abellán, se abrazan, mientras reciben los aplausos de Irene Jódar, Antonia Pérez y Antonio Navarro y el resto de concejales en la Alcaldía tras el Pleno. Pilar Wals

Y la boda entre perros que ofició la edil popular Belén Pérez siendo concejal de Seguridad Ciudadana se ‘colaba’ en el Pleno. La portavoz del PP pedía que no se jugara con el sueño de unos niños. Le contestaba el alcalde que le recordaba que “esos niños, los de Apandis, a los que hace referencia también tienen el sueño de quedarse en el piso tutelado que tienen y el Gobierno regional no les concierta las plazas que necesitan para no verse obligados a cerrarlo”. El Pleno continuaba y unos novios ‘llamaban’ a la puerta. Tenían que casarse a las doce y media en la Sala de Cabildos y quien debía oficiar la ceremonia era el concejal de Juventud, José Ángel Ponce. Afortunadamente terminaba con tiempo suficiente para llegar a la boda donde la novia y el novio ya esperaban.

Y en Alcaldía se celebraba por todo lo alto la aprobación de los Presupuestos Municipales. José Luis Ruiz Guillén, Francisco Morales, Diego José Mateos e Isidro Abellán, se abrazaban mientras el resto de miembros del equipo de Gobierno aplaudían el triunfo.