Con el inicio de la minería industrial en la Región, arrancó una intensa época de actividad a mediados del siglo XIX e inicios del XX. Uno de los grandes exponentes de esta época es el embarcadero de mineral del Hornillo, que comenzó a construirse en 1901 gracias a la iniciativa del empresario e ingeniero británico Gustavo Gillman, quien fue director de la compañía que realizó la obra, ´The Great Southern of Spain Railway'. En el proyecto participaron los ingenieros Domingo Muguruza y José Blanco y fue inaugurado el 18 de agosto de 1903 con la carga del vapor Greatland.

Esta espectacular obra de ingeniería industrial dispone de un entramado de columnas y vigas de hierro sobre bloques de hormigón que se introduce en la mar, dentro de la bahía de la costa aguileña del Hornillo.

Para Juan De Dios Hernández, arqueólogo municipal de Águilas, se trata de «una joya arquitectónica de la revolución industrial, una de las más importantes que hay en España de ese tipo», apunta Hernández, quien insiste en que es «una construcción única a nivel europeo».

El conjunto constructivo engloba el embarcadero y los complejos sistemas de carga de los túneles hasta llegar a los barcos, todos estos elementos están musealizados desde 2014. Bien de Interés Cultural desde el año 2009 destaca por su singularidad en la propia Bahía del Hornillo, protegida por esta construcción y la Isla del Fraile.

Este patrimonio industrial estaba destinado a la carga de mineral procedente de la sierra de Bacares, en Almería, a más de cien kilómetros de Águilas. Se elige esta bahía por las condiciones naturales que tiene y por la proximidad de la estación de ferrocarril de Águilas, aunque tuvieron que añadir un enlace entre la estación y el embarcadero por un ramal de 1.177 metros, además de construir el puente de hierro que salva la rambla de Las Culebras y que actualmente es una de las entradas a la ciudad por la playa de Las Delicias.

Desde agosto de 1903 hasta abril de 1936 se cargaron más de once toneladas de mineral con un tráfico de más de 2.500 vapores; con estas cifras se entiende que fuera considerado el segundo más importante de España. El cargadero fue cerrado oficialmente el 15 de julio de 1973, siendo el 1 de diciembre de 1970, cuando se realizó la última carga, realizada por el vapor Juan Nespral.

Con la consolidación y restauración del embarcadero, éste pasará a ser de uso público, lo que permitirá viajar en el tiempo hasta principios del siglo XX y entender la importancia de esta infraestructura industrial.