No falló a su cita con Caravaca de la Cruz. Y como cada 24 de abril, festividad de San Marcos, llegó desde una lejana ciudad para hacer sonar la serenata más famosa, esa que advierte a toda una población, de que solo faltan cinco días para sus fiestas. Este año no habrá fiestas, la circunstancias y la responsabilidad así lo exigen. Pero el Tío de la Pita saludó, a través de internet y de la televisión local, a todos los niños del municipio desde la Ermita de San Sebastián, el lugar donde durante 355 días duermen sus amigos los gigantes.

Saludó a todos lo niños y no faltarán las notas de la Serafina, Ora pro nobis, la Mari Carmen y todo su repertorio de canciones infantiles. A las cinco y media de la tarde, desde las espadañas de la ciudad se escuchaba la algarabía de miles de niños, desde sus casas, gritando ¡Serafina, Serafina!.

Tras tocar, fue saludando a todos los gigantes, su apretón de manos simbolizó el apretón de todos los niños de la ciudad, que este no podrán pasear con ellos por las calles del municipio, ni asistir a los juegos de la Placeta antes del pasacalle. De todos, menos del Nano y la Nana que el confinamiento los ha pillado en el museo de la Fiesta.

Seguro que el Tío de la Pita no faltará a su cita el próximo 24 de abril de 2021 y lo hará con más fuerza que nunca, entonces sí, sus amigos los gigantes lo acompañarán junto a todos los niños del municipio.

Mientras tanto grandes y pequeños, recordamos la leyenda del Gigante Tomir que sigue protegiendo a la ciudad. «En los atardeceres, desde el Camino del Huerto ven la silueta del gigante los ojos de los románticos y de los idealistas; el gigante encantado duerme, y dicen las crónicas de unos astrólogos agoreros, que cuando las trampas de guerra de un ejército invasor suenen por la vega de la ciudad, el mágico coloso sacudirá la tierra que lo cubre, y cogiendo su clava, librará de enemigos a la Caravaca inmortal».