Yecla celebra hoy el Día de la Bajada

Yecla celebra hoy el Día de la Bajada, y como cada año, miles de yeclanos han recibido a su patrona, la Virgen del Castillo, que ha sido bajada desde el Santuario del Castillo hasta la Basílica de La Purísima, ubicada en el corazón del casco urbano. Ayer, durante el acto del Beso a la Bandera, los aproximadamente quinientos arcabuceros que componen la Compañía Martín Soriano Zaplana juraron fidelidad a la patrona de Yecla.

Es un día grande para las fiestas patronales. Yecla rinde honores a su patrona por, según cuenta la historia, salvar la vida a la compañía de 61 yeclanos que, capitaneados por Martín Soriano Zaplana, dejaron sus hogares en Yecla para partir a Vinaroz el 17 de julio de 1642. Gracias al desarrollo favorable de la contienda, regresó la compañía sin ninguna baja por lo que, desde entonces, y con este son ya 376 años, los yeclanos rinden honores a su patrona.

A la mañana del Día de la Bajada le precede una madrugada, la alborada, en la que desde las cinco de la mañana suenan las cajas convocando a los soldados devotos de las fiestas que forman la Compañía y que hoy acompañan y custodian a los Mayordomos de las celebraciones. El Mayordomo del Bastón y el de la Bandera, máximos representantes de las fiestas, acompañados de pajes y del resto de Agrupaciones de Escuadras, parten a las nueve de la mañana hasta el Santuario del Castillo donde, congregados en torno a él, aguardan a que la patrona abandone su lugar habitual de reposo para trasladarla hasta la Basílica de La Purísima.

El momento álgido del día se vivirá a la entrada de la Virgen hasta la Plaza Mayor donde, desde los balcones de la Casa Consistorial, el alcalde gritará los tres ''Vivas'' para su patrona, que serán respondidos por los escuadristas y los miles de yeclanos que se congregan entorno a la imagen.

Una vez que llega hasta la Basílica, la patrona de Yecla permanecerá en el municipio hasta el próximo 16 de diciembre, cuando en un ritual inverso, la Compañía Martín Soriano Zaplana y el pueblo de Yecla vuelvan a acompañarla hasta el santuario.