Elsa Marina R. H., de 38 años de edad, se recupera de sus heridas en el Virgen de la Arrixaca de Murcia después de ser apuñalada, presuntamente, a manos de su esposo, que se quitó la vida minutos después del ataque.

El luctuoso suceso, que la Policía tiene claro que es un nuevo caso de violencia machista, tenía lugar el martes por la noche, en una vivienda ubicada en la calle Saavedra Fajardo de Molina de Segura, en el barrio del Sagrado Corazón, donde el matrimonio residía con sus dos hijos, de 13 y 6 años de edad.

Todo comenzó en el domicilio, con una discusión en el transcurso de la cual el hombre, Johnny Leonardo V. C., agarró una botella, la rompió y con ella en mano arremetió contra su cónyuge. La hirió en el cuello. Acto seguido, se autolesionó en el abdomen con un cuchillo de cocina.

Fue el hijo mayor de la pareja el que daba la voz de alarma. El niño llamaba al 112 para alertar del episodio que acababa de presenciar. Su hermano pequeño, mientras tanto, se encontraba en un dormitorio y no vio nada.

Al lugar se desplazaron sanitarios, que confirmaron la muerte del hombre y atendieron in situ a la mujer, para rápidamente trasladarla al hospital de referencia en la Región. Allí era intervenida de urgencia. Horas después se hacía público que su estado era grave, pero estable. Los médicos la salvaron: su vida, afortunadamente, ya no corre peligro. Permanece ingresada en el Virgen de la Arrixaca.

A la vivienda se desplazaron profesionales de la Policía Científica, que recabaron pruebas de un caso que parece estar claro: agresión machista y suicidio.

Vecinos de la pareja contaban ayer por la mañana a LA OPINIÓN que se trataba de un matrimonio «muy normal», «educados», y que, obviamente, no se esperaban un episodio tan trágico en el hogar. Señalaron, por ejemplo, que acababan de arreglar la fachada de su casa.

Al hombre no lo conocían mucho por el barrio. Era camionero, explicaron los vecinos, y se le veía poco por ahí.

Los dos hijos de la pareja permanecen al cuidado de parientes, a la espera de que su madre se reponga y sea dada de alta. Servicios Sociales, por tanto, no ha tenido necesidad de intervenir.

Fuentes policiales confirmaban ayer que Elsa Marina no había denunciado nunca a su esposo por malos tratos.

Desde el Ayuntamiento de Molina se hizo un llamamiento a toda la ciudadanía, instituciones, agentes sociales, a las asociaciones y colectivos para que «trabajemos conjuntamente en la consecución de este objetivo: la igualdad efectiva y la erradicación de la violencia machista».

La Plaza de España de Molina de Segura era escenario ayer de dos concentraciones de condena y repulsa por la agresión machista a una vecina de la localidad. La del mediodía fue convocada por el Ayuntamiento; la que hubo por la tarde, organizada por el Movimiento Feminista Molinense. «Que se enteren de que estamos hartas y, sobre todo, de que las víctimas no están solas», subrayaron desde este último colectivo. «Es intolerable que esta lacra social continúe», insistió la alcaldesa, Esther Clavero.

La lacra de la violencia de género mortal golpeaba a Molina de Segura el año pasado, cuando la joven Beatriz Ros era acuchillada hasta la muerte por parte de su compañero de trabajo, que, tras el crimen, se ahorcaba.

Los juzgados con competencias en violencia sobre la mujer de la Región recibieron 2.117 denuncias durante el segundo trimestre de 2018, superando en 111 a las presentadas el mismo periodo del año anterior, un 5,2%. Con una tasa de 14,3 denuncias por cada 10.000 habitantes, la Región lidera la tasa nacional, seguida por Valencia, con un 11,6, informó el TSJ en un comunicado.

La estadística, hecha pública por el Observatorio contra la violencia doméstica y de género, refleja que un total de 1.574 mujeres figuran como víctimas de violencia de género en el conjunto de las denuncias presentadas en el segundo trimestre de 2018 en la Región, lo que se traduce en una tasa de 21,3 mujeres de cada 10.000 murcianas.