La ganadería más popular del mundo no defraudó, y las reses de Miura protagonizaron un encierro cargado de emoción y también de peligro.
Las vacas se abrieron a todo el ancho de la carretera de Caravaca, corriendo en paralelo a las vallas de protección lateral a una velocidad de vértigo.
Se vivieron varios momentos de peligro cuando la última vaca se quedó rezagada y se llegó a dar la vuelta en varias ocasiones. Los pastores tuvieron que emplearse a fondo hasta encaminarla con sus hermanas.
Por la noche, los moratalleros entonaron su particular 'Pobre de mí', con el cantó del himno de Moratalla y posteriormente tuvo lugar la presentación de la Mayordomía 2019, encargada de organizar las próximas fiestas mayores de la población del Noroeste murciano.