La administración autonómica murciana y valenciana reconocieron ayer a los representantes de la plataforma Ecologistas en Acción y Vertivega que no hay recursos técnicos y económicos suficientes para retirar a corto plazo los miles de metros cúbicos de lixiviados contaminantes almacenados en dos balsas en la planta de basuras clausurada de La Murada (Abanilla y Orihuela).

En un encuentro ayer con los directores generales de Calidad Ambiental de ambos gobiernos -Antonio Luengo y Joan Piquer-, el primero explicó que esas balsas acumulan ahora un total de 33.700 m3. Estos lixiviados son el resultado de la descomposición de cientos de miles de toneladas de basuras enterradas en La Murada entre 1997 y 2013: los residuos se degradan formando un líquido contaminante, de color negro y fuerte hedor, que arrastra todo tipo de sustancias contaminantes y, que según Vertivega, provoca la emisión de gases.1.200 m3 se almacenan en una balsa de pequeñas dimensiones que la Región está comenzando a desmantelar.

Los responsables indicaron que la capacidad de tratamiento de lixiviados en la Región apenas supera los 5.000 m3 anuales. Con esa capacidad anual los lixiviados no habrán desaparecido hasta 2025. Algunas depuradoras preparadas para tratarlos se niegan a recibirlos, como es el caso de Molina de Segura.

Estos lixiviados son especialmente complejos a la hora de tratar, con mayor materia orgánica y menos agua. Murcia y la Comunidad Valenciana ya han invertido en torno a ocho millones y medio en la restauración ambiental de los terrenos desde la clausura en 2011.