Guardias civiles que investigaron la muerte violenta de un vecino de Jumilla cuyo cadáver fue hallado 2 semanas después de su desaparición -en noviembre de 2015- en la casa que ocupaba el acusado de su homicidio, dijeron ayer que este les reveló que lo empujó y que se asustó al verlo caer inerte al suelo.

Los agentes, que han declarado como testigos en esta nueva sesión del juicio que se inició el pasado viernes en la Audiencia Provincial de Murcia ante un jurado popular, han coincidido en señalar que el cuerpo sin vida del hombre estaba envuelto en una manta en la que se habían hecho sendos nudos a la altura de la cabeza y de los pies.

Para ellos, todo apunta a que el presunto autor del crimen había pensado en trasladarlo de lugar, aunque finalmente no había podido hacerlo al no disponer de coche ni de los medios precisos para ello.

Han señalado que desde los momentos iniciales de la investigación sospecharon del acusado como autor del homicidio, ya que era la única persona que disponía de la llave para acceder a la vivienda. Además, había admitido que le había dado un empujón al fallecido, que quedó inerte, y que se asustó porque no sabía si estaba vivo o muerto.

En la segunda sesión de la vista oral declaró también una mujer que fue compañera sentimental del procesado y ratificó lo que declaró en su día a la Guardia Civil y en el juzgado, aunque ayer, varios años después, fue menos precisa en los detalles.