La agricultura lorquina no había atravesado una situación como esta ante la sequía y falta de agua que sufre el campo desde hace más de 25 años, según ha reconocido a este periódico el presidente de la comunidad de regantes, Juan Marín, quien califica la situación actual de dramática y augura un comienzo de año hidrológico, el próximo 1 de octubre, crítico y desastroso si no llueve a lo largo de septiembre.

Hasta el próximo mes de diciembre, según Marín, el regadío tradicional lorquino -formado por más de 12.000 hectáreas de terreno- necesita 10 hectómetros cúbicos de agua para subsistir, los cuales no están garantizados dadas las limitaciones en caudales procedentes, sobre todo, del trasvase Tajo-Segura y del embalse de Puentes, que se encuentra al mínimo de su capacidad.

La situación ha provocado que los agricultores hayan tenido que ralentizar sus plantaciones. Según el presidente de los comuneros de este municipio, «el regadío lorquino lo está pasando muy mal. Los agricultores han ralentizado sus plantaciones, que se han retrasado entre cuatro y cinco semanas. La alcachofa se está plantando con un mes de retraso cuando, a la vez, nos encontramos en un momento en el que hay que plantar la lechuga y el brócoli, así como el resto de hortalizas, algunas cuyas plantaciones se han realizado en zonas más frías para poder iniciar la campaña». Marín añade que «si no llueve pronto la zona del Guadalentín, lo mismo que en Cartagena, tendrán dificultades para continuar regando».

El presidente de los regantes lorquinos afirma, por otra parte, que «en el último mes no hemos sido capaces de conseguir nuevas aportaciones de agua». En este sentido, asegura que «hay agua en otras comunidades, hay quien nos la venda, hay quien la compre y hay entidades financieras que nos prestarían el dinero si hiciera falta, pero no tenemos quien firme el documento que hace falta para ello: el ministerio de Agricultura. Y así llevamos ya ocho o nueve meses».

Marín entiende que la situación política que estamos atravesamos, con la ausencia de un gobierno estable, está influyendo de forma negativa en la falta de agua para el campo. Según el presidente de los regantes, en España «nadie se moja», y añade que «hay reglas que dicen que se puede comprar agua entre cuencas pero en el Ministerio nadie quiere responsabilizarse de ello», añadiendo que «hay también una batería de pozos que otras veces, en situaciones parecidas, se han puesto en marcha». Marín insiste en que la comunidad de regantes de Lorca ha tenido la posibilidad de comprar agua, «pero necesitamos el documento administrativo que nadie nos quiere firmar», lamenta.

Se trata, según Marín, de la peor situación que ha sufrido la comunidad de regantes de Lorca en los últimos 25 años. No obstante, el presidente de los comuneros lorquinos reconoce que la planta desaladora de Águilas, con los 23 hectómetros cúbicos que hay asignados para esta zona, está sacando de muchos apuros a los propietarios de otras más de 12.000 hectáreas que forman el regadío consolidado, pese a pagar ese agua casi el doble de cara que en el regadío tradicional.

La comunidad de regantes de Lorca, según su presidente, secundará cuantas acciones de protesta se decidan llevar a cabo a partir de ahora para paliar la sequía por la que atraviesa el campo.