La Asociación de Apicultores de la Región de Murcia y el sindicato agrario Coag Iniciativa Rural han denunciado «la muerte masiva de abejas en cientos de colmenas en la Vega Alta, en Cehegín y en Mula por el uso de insecticidas de manera incontrolada y sin seguir las recomendaciones de uso, como es la prohibición de su utilización en época de floración por el peligro que supone para las abejas».

Según estas organizaciones, los hechos están siendo denunciados en los cuarteles de la Guardia Civil por los afectados.

En un comunicado aseguran que «la Asociación de Apicultores ha sido informada por testigos de las altas mortandades de abejas, por lo que lanza una llamada de alerta a las autoridades competentes y a la sociedad en general para que ponga fin a estas malas prácticas, solicitando la toma urgente de medidas para intensificar los controles sobre las fumigaciones en esas zonas».

Según el mismo comunicado, «la enorme cantidad de colmenas muertas ha creado un estado en el sector apícola de estupor y alarma al no entender cómo es posible que se maten colmenas cuando éstas son un instrumento imprescindible en la polinización de esos cultivos, y se puede provocar la salida masiva de colmenas y el no asentamiento de las mismas en esas zonas comprometiendo gravemente la polinización efectiva».

Los denunciantes insisten en que estas muertes pueden evitarse «siguiendo estrictamente las recomendaciones de los prospectos de uso de los fitosanitarios, avisando a los apicultores para que tomen las medidas oportunas, con la elección de horas de poca o ninguna actividad por parte de las abejas, evitar el uso de sustancias azucaradas o atractivas para las abejas en los preparados fitosanitarios y, en general, con el uso de productos inocuos para las abejas.

Al respecto, Francisco Gil, secretario de Organización Regional de Coag informó ayer de la convocatoria de una reunión urgente entre agricultores y apicultores para tratar este asunto. Sin embargo, Manuel Martínez, presidente local de Coag en la Vega Alta, mostró su sorpresa por la denuncia, al tiempo que reseñó no tener constancia de «fumigaciones clandestinas» en Cieza y su comarca.