Guerra tecnológica

"Un gran regalo para los autoritarios": Expertos denuncian que la prohibición de TikTok en Estados Unidos amenaza la libertad de expresión

Desde 2018, la red social se ha convertido en una de las plataformas digitales más populares del mundo

Protestas contra la propuesta de ley del Congreso estadounidense que pretende prohibir Tik Tok en el país

Vídeo: AGENCIA ATLAS

Carles Planas Bou

Estados Unidos vuelve a amenazar con la prohibición de TikTok. El pasado miércoles, la Cámara Baja aprobó con una mayoría abrumadora una ley que da al gigante empresarial chino ByteDance, propietaria de la popular aplicación de vídeos, un margen de 180 días para vender su negocio en el país. De no acatar se enfrentará a su bloqueo.

Desde 2018, TikTok se ha convertido en una de las plataformas digitales más populares del mundo. Se calcula que actualmente tiene más de 1.500 millones de usuarios, 170 millones de los cuales en EEUU. Su meteórico ascenso es visto en Washington como una amenaza, no solo porque es más popular entre los jóvenes que las estadounidenses InstagramFacebook o Twitter, sino porque su propietaria es de China. Ya en 2020, el expresidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva en la que citaba el temor al espionaje de Pekín para justificar la prohibición de la 'app'.

Los tribunales revirtieron el veto trumpista, pero su discurso del miedo también lo abandera ahora Joe Biden. Sin embargo, el demócrata ha optado por la vía legislativa. La apelación a la seguridad nacional le ha permitido contar con un amplio apoyo bipartidista, algo muy poco habitual en el país.

La ley, que aún debe ser ratificada por el Senado, tiene como misión que TikTok pase a estar bajo control estadounidense. No obstante, otras redes sociales extranjeras como Telegram o la también china WeChat podrían verse afectadas por el mismo mecanismo de chantaje, que pretende forzar su venta en un plazo máximo de seis meses.

Denuncias civiles

La propuesta ha despertado las críticas de múltiples organizaciones en defensa de los derechos digitales, que denuncian que se trata de una medida puramente política que no piensa en la defensa de la privacidad. "Este proyecto no detendrá el intercambio de datos, que seguirán siendo recopilado por numerosas plataformas, y, en cambio, reducirá nuestros derechos en línea", ha advertido en un comunicado la Electronic Frontier Foundation.

"La única forma de impedir que los gobiernos conviertan en armas los datos que empresas privadas como TikTok recopilan y almacenan sobre nosotros es, en primer lugar, impedir que esas empresas recopilen y almacenen tanta información. Eso no se consigue con censura", ha añadido Evan Greer, director del grupo de derechos digitales Fight for the Future. Ambas exigen la aprobación de una ley nacional de protección de datos que limite la recopilación de compañías como AmazonGoogle o Meta, entre otras.

Las denuncias también coinciden en señalar que, de aprobarse, la ley supondrá un golpe contra la libertad de expresión cuyas consecuencias pueden ir más allá de EEUU. "Una traición a la Primera Enmienda y un gran regalo para los autoritarios de todo el mundo, que pronto citarán este proyecto de ley profundamente equivocado para justificar nuevas restricciones al acceso de sus propios ciudadanos a las ideas, la información y los medios de comunicación procedentes del extranjero", ha añadido Jameel Jaffer, director del Knight First Amendment Institute de la Universidad de Columbia.

¿Es viable su venta?

Ya hay empresarios estadounidenses frotándose las manos. Es el caso de Steven Mnuchin, ex secretario del Tesoro bajo la presidencia de Trump, que ayer aseguró que está "tratando de reunir un grupo para comprar TikTok". Durante su etapa en el Gobierno, Mnuchin presionó a la Casa Blanca para que tratase de forzar a ByteDance a vender su buque insignia, cuyo precio es desconocido.

Aun si la ley es finalmente aprobada, la venta de TikTok podría encallarse en los tribunales. Es de esperar que el régimen de Xi Jinping opte por bloquear la operación, pues traspasar su gallina de oro a su principal rival tecnológico supondría dispararse al pie. Pekín ya ha tachado que la lógica que sigue el ultimátum estadounidense es la de un "bandido".