Conflicto en Oriente Próximo

Cuatro meses de hambre y oscuridad: el cautiverio de los dos rehenes israelíes liberados en una operación en Rafah

Como buenos argentinos, Fernando Simón Marmán y Norberto Luis Har se ayudaron del fútbol para hacer más amena la convivencia con sus secuestradores

Israel rescata a dos rehenes en Rafah entre bombardeos que matan a decenas de gazatíes

Israel rescata a dos rehenes en Rafah entre bombardeos que matan a decenas de gazatíes

Andrea López-Tomàs

Durante los últimos 129 díasFernando Simón Marmán y Norberto Luis Har estaban muy cerca de casa. Apenas una decena de kilómetros separaban a los dos rehenes liberados este lunes de madrugada por el Ejército israelí del lugar donde fueron secuestrados junto a otros familiares el pasado 7 de octubre. Como buenos argentinos, el fútbol les salvó. O, como mínimo, les hizo más amena la convivencia con sus secuestradores. También esta pasión por el balompié compartida entre latinoamericanos y árabes les brindó algo de luz en los 129 días que no vieron el sol. En un apartamento de una familia palestina en Rafah, Marmán y Har vivieron una experiencia vital que creyeron que nunca llegarían a contar a sus nietos. 

Cuando las fuerzas especiales israelíes entraron en ese piso en el que habían estado durante las últimas semanas, Fernando Simón Marmán, de 60 años, y Norberto Luis Har, de 70, dormían. Hasta que se dieron cuenta de que estaban en manos de los israelíes, estuvieron convencidos de que iban a morir, según ha contado la familia al medio israelí Yedioth Ahronoth. Cuando se abandonaron al sueño, no se esperaban que la próxima cama que cogerían sería la suya. Su liberación fue una completa sorpresa, señalan sus familiares. Pero la madrugada del 12 de febrero no fue la primera vez que pensaron que sería la definitiva, que ya no lo contarían, que estos dos cuñados morirían en Gaza. "Mi padre está en shock, pensaron que iban a morir a causa de los bombardeos y que resultarían heridos", ha dicho una hija de Har, Rinat Har Sheleg, al mismo medio.

Pero, en su reencuentro, todos reían y se abrazaban. Al haber perdido la mitad de su peso corporal y estar visiblemente pálidos y desfavorecidos, Rinat confiesa que fueron retenidos en "condiciones desfavorables", pero su cautiverio fue más fácil que el de otros. Ambos han dicho que no fueron golpeados. Aunque pasaron las primeras semanas en los túneles junto a tres de sus familiares que fueron liberadas a finales de noviembre, luego fueron trasladados a una casa familiar en Rafah, en el extremo sur del enclave palestino. Allí, comían básicamente pan de pita y queso blanco. Igual que centenares de miles de ciudadanos de Gaza, pasaron hambre. Durante su cautiverio, cocinaron en alguna ocasión para la familia que los custodiaba. Les preguntaron si eran judíos y ellos respondieron que eran argentinos, propiciando conversaciones sobre fútbol.

Familia separada

A lo largo de los 129 días de cautiverio, no pudieron ver las noticias. Sólo en una ocasión se les permitió ver Al Jazeera. Aún así, eran conscientes de qué día era. Pese a recordar todos los cumpleaños de sus cuatro hijos y diez nietos, Har era el más pesimista de los dos. "Se pensaba que no se estaba haciendo nada o demasiado para liberarlos", ha explicado la sobrina de Marmán, Mayaan Segal-Koren. Este contable recién jubilado ahora podrá celebrar su 71º aniversario rodeado de todos ellos a final de mes. Entre todos sus familiares, estará Clara Marmán, de 62 años y hermana de Marmán, con quién Har mantiene una relación desde hace 22 años. Los tres fueron secuestrados en el kibbutz Nir Yitzhak, junto a otra de sus hermanas, Gabriela Leimberg, de 59, y su hija, Mia Leimberg, de 17 años, que pasó el cautiverio acompañada de su perrita Bella. Las tres fueron liberadas el 28 de noviembre, separando el grupo familiar.

"Hasta pronto", se dijeron, según relató Clara al ser liberada. "Sólo tres días más y nos encontraremos de nuevo", añadieron, entre abrazos y despedidas. "Estábamos convencidos de que las liberaciones continuarían; nunca pensamos que todo se detendría", reconoció la pareja de HarRodeados por sus seres queridos, Har y Marmán ya están pensando en cuándo podrán convocar su próximo asado argentino todos juntos. Tanto los exrehenes como sus familiares se miran los unos a los otros con incredulidad, porque, después de 129 días, es fácil que la esperanza se erosione. A los argentinos-israelíes aún les quedan mucho detalles por revelar de aquellas 128 noches que pensaban que no contarían.