Las peores lluvias de la década en Pekín obligan a evacuar a 31.000 personas

Pekín está padeciendo las más copiosas lluvias de la década a finales de julio tras el junio más caluroso del último medio siglo. No da tregua el clima a la capital, escenario este verano de los fenómenos extremos cada vez más frecuentes y potentes asociados al calentamiento global.

Las precipitaciones vienen con el tifón Doksuri, debilitado ya tras su paso por el sur, pero capaz aún de forzar la evacuación de 31.000 personas y de perturbar a buena parte de los 22 millones de habitantes de la capital de la segunda economía global.

Los pequineses amanecieron el sábado con mensajes en sus teléfonos de alerta roja, la más alta en una escala de cuatro, por las inminentes precipitaciones. No había sido emitida en más de una década y recomendaba el cierre de los colegios con actividades extracurriculares veraniegas y evitar la salida de casa si no era imprescindible.

Situación extrema

Han sido cerradas autopistas y líneas de ferrocarriles, al igual que icónicos centros turísticos como el Templo del Lama o la Ciudad Prohibida y parques de atracciones como el de Universal Studios.

También han bajado la persiana museos y bibliotecas y los locales comerciales en sótanos. Han sido cancelados los espectáculos en el Centro Nacional y un concierto de Mao Buyi con más de 10.000 entradas vendidas. Las compañías han recomendado el trabajo en casa por primera vez desde que la ciudad jubiló la política de cero covid y casi 5.000 obras han sido paralizadas.

Las autoridades meteorológicas advierten de que las lluvias continuarán hasta el miércoles en Pekín, Tianjin, la provincia de Hebei y el grueso de la mitad septentrional. Algunas zonas podrían recibir en apenas un día los 400 milímetros de agua que suelen recibir en un año.

Pérdidas millonarias

Serán las mayores precipitaciones de la década, según el diario local 'Global Times'. Los pequineses no han olvidado aún las tormentas que sufrieron en 2012, tan largas y copiosas como desastrosas. Las actuales revelan los ímprobos esfuerzos para mejorar el drenaje y alcantarillado y el sistema de alarmas a la población. 

El tifón Doksuri es el más poderoso que sufre China desde el Saomi de 2006. Entró por la ciudad costera de Jinjiang con sus vientos huracanados y fuertes lluvias en la tarde del viernes. Las inundaciones han causado en la provincia de Fujian pérdidas de 60 millones de dólares, según la agencia oficial Xinhua, con más de 6.000 hectáreas de cultivo afectadas.

Doksuri perdió buena parte de su fuerza en su tránsito hacia el norte tras haber castigado Taiwán, donde dejó más de 60.000 hogares sin luz, dañó viviendas e infraestructuras y obligó a cancelar más de 300 vuelos domésticos e internacionales.

Khanun, un nuevo tifón

La peor parte se la llevó Filipinas, con casi una cuarentena de muertos. El hundimiento de un ferry a una escasa cincuentena de metros para alcanzar la costa dejó 26 muertos y el accidente está siendo investigado por el exceso de pasajeros y la ausencia de chalecos salvavidas. Otras 13 personas murieron por deslizamientos de tierras y viviendas derrumbadas.

Languidece el tifón Doksuri cuando por el horizonte asoma ya el Khanun, sexto de la temporada que padecerá China. Llegará a la costa de Zhejiang tras haberse fortalecido por el Océano Pacífico y dejar atrás la isla japonesa de Okinawa, donde ya ha provocado la cancelación de 200 vuelos.

La península coreana sufre un cuadro parecido al de China. Dos semanas atrás morían 41 personas por las inundaciones y deslizamientos causadas por las lluvias y ahora sufre una ola de calor que ha afectado a más de un millar de surcoreanos y matado ya a una decena, según la Agencia de Prevención y Control de Enfermedades.