Este es Alexander, el heredero del gran imperio Soros en guerra contra Trump

“Me encantaría que el dinero no jugara un papel tan importante en política , pero mientras la otra parte lo haga, vamos a tener que seguir haciéndolo también”

Alexander y George Soros.

Alexander y George Soros.

Marta López

George Soros, de 92 años, ya tiene heredero para su imperio, valorado en 25.000 millones de dólares (unos 23.000 millones de euros). Uno de sus hijos menores, Alexander, de 37 años, ha tomado el control esta semana de la Open Society Foundations (OSF), la red de asociaciones filantrópicas que apoya causas progresistas en todo el mundo y que ha convertido al multimillonario estadounidense de origen húngaro en la bestia negra de la derecha. Alexander va a seguir en esta senda. En una entrevista al ‘Wall Street Journal’ se ha declarado “más político” que su padre y ha manifestado su preocupación ante la posibilidad de que el expresidente Donald Trump vuelva a ganar las elecciones en el 2024.

Una afirmación que avanza un fuerte apoyo financiero a la próxima campaña demócrata. “Me encantaría que el dinero no jugara un papel tan importante en política , pero mientras la otra parte lo haga, vamos a tener que seguir haciéndolo también”, ha dicho. Alexander, que ya en diciembre había sido elegido presidente de la junta directiva de las fundaciones, también dirige el “super PAC”, el instrumento de apoyo a las campañas políticas, para el que se han reservado 125 millones de dólares.

Si George Soros ha sido blanco de los ataques de la derecha por apoyar e invertir en todo el mundo en causas que van desde el medio ambiente, a reformas económicas, derechos de las minorías y libertad de expresión, Alexander va a sumar nuevos odios, pues añade a ellas otras luchas que también abraza la izquierda: el aborto, la igualdad de género, el derecho al voto. Desde el 2011, a través de distintas organizaciones y su propia fundación, la Alexander Soros Fondation, hace campaña contra abusos ambientales, a favor de los derechos humanos, de las comunidades latinas y de las clases trabajadoras. 

Historiador y filósofo

Nacido en 1985, Alex –como todo el mundo lo conoce- es el cuarto de los cinco hijos del patriarca, fruto de su matrimonio con la historiadora Susan Weber. Graduado y doctorado en Filosofía e Historia por la Universidad de Berkeley, se define como un pensador de centroizquierda my consciente de la riqueza que posee. “Sabía que si no tenía éxito me meterían en el mismo saco que a los niños ricos vagos. Aun hoy siento que tengo que esforzarme más para demostrar de lo que soy capaz”, dijo al WSJ.

Hace unos años, el sensacionalistas diario conservador 'The New York Post', le dedicó un perfil en el que le describía como un joven amante de la fiesta, al que le gustaba rodearse de estrellas de la NBA, ‘celebrities’ musicales, modelos e influencers. Asistía a las reuniones de la Junta Directiva de OSF pero apenas tomaba la palabra, según testigos, mientras alimentaba su Instagram con fotografías con políticos y famosos de todo el mundo. Con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se reunió en 2019.

Pero esa gran vida social repartida entre Nueva York y California, no le impedía retirarse a tiempo para estudiar o trabajar, según han recordado sus amigos. Tampoco viajar por todo el mundo para apadrinar nobles causas. En la Amazonia se reunió con comunidades indígenas para conocer de cerca sus problemáticas. Su identidad judía forma parte de su ADN público: celebra las fiestas hebreas y ha visitado Israel en varias ocasiones, además de apoyar a un lobi judío.

Es el más entregado a la filantropía y al activismo político de todos sus hermanos. Eso le hizo ganar puntos en la sucesión. “Se lo ha ganado”, ha dicho su padre , que en varias ocasiones anteriores había manifestado que no quería que la fundación de quedara en manos de alguno de sus hijos.