Los talibanes han intensificado la persecución contra las personas que han trabajado para o colaborado con las fuerzas de Estados Unidos y la OTAN, según revela un documento confidencial de Naciones Unidas al que ha tenido acceso la BBC.

"Los talibanes están arrestando y/o amenazando con matar o detener a miembros de las familias de individuos concretos a menos que se rindan ante ellos", dice el documento, elaborado por el Centro Noruego de Análisis Globales, que proporciona información de Inteligencia a la ONU.

"Los talibanes avanzan en el rastreo de personas antes de tomar el control de todas las ciudades importantes", agrega el informe, que señala que aquellos que corren más riesgo son aquellos que ostentan cargos en el Ejército, la Policía o unidades de investigación.

De forma paralela, advierte de que los insurgentes ya reclutan a personas para integrar nuevas redes de informantes que colaboren con el futuro gobierno talibán, después de que Afganistán haya caído en sus manos.

El director ejecutivo de la Unidad de Respuesta Rápida del Centro Noruego de Análisis Globales, Christian Nellemann, consultado por Europa Press, indica que "puede confirmar" que lo que se denuncia en el documento "es auténtico". "Se dirigen (los talibán) contra las familias de aquellos que no se han rendido y las juzgan y castigan de acuerdo con la sharia", ha añadido.

Nellemann también ha asegurado que el organismo espera que tanto las personas que trabajaron con Estados Unidos, la OTAN y sus aliados, como sus familias, "sean expuestos a torturas y ejecuciones".

"Esto pondrá aún más en peligro los servicios de Inteligencia occidentales, sus redes, métodos y su capacidad para contrarrestar a los talibán, Estado Islámico y otras amenazas terroristas", ha advertido.

Marchas a favor de la bandera afgana

Mientras tanto, la bandera tricolor afgana desafió este jueves a los talibanes durante las conmemoraciones por el 102º aniversario de la independencia de Afganistán del Imperio Británico, una insignia que se ha convertido en un símbolo de unidad y resistencia frente a la bandera blanca de los insurgentes.

Esta es la primera conmemoración por la independencia en dos décadas que se produce con los talibanes de nuevo en el poder, después de que tomaran Kabul el domingo sin encontrar resistencia, mientras el presidente afgano, Ashraf Ghani, huía de Afganistán.

Pese al temor a los talibanes, recordados por la brutalidad con la que impusieron su régimen en el pasado, el país fue testigo de algunas protestas de civiles que se oponen a la sustitución del pabellón tricolor de Afganistán por la bandera blanca que identifica a los talibanes y a su Emirato Islámico.

En Kabul, cientos de personas se lanzaron a las calles ondeando la que ha sido hasta ahora la bandera nacional del país, desafiando la presencia de los combatientes que custodian las calles de la capital afgana. Manifestaciones similares han tenido lugar en los últimos días en las ciudades de Jalalabad, Khost y Taleqan.

Protección a la minoría chií

También este jueves, y en un gesto inusual, los combatientes talibanes protegieron este jueves a fieles de la minoría chií de posibles atentados durante su festividad más sagrada, la Ashura, a pesar de que durante años esta minoría fue objetivo insurgente y del grupo yihadista Estado Islámico (EI) por considerarlos apóstatas.

Ahora son los talibanes los que protegen a los chiíes, que representan cerca del 10% de la población afgana, contra los ataques habituales que suele reivindicar el EI contra este grupo, sobre todo contra la minoría étnica hazara que profesa esa rama del islam.

Esos atentados suelen ocurrir con frecuencia durante las grandes festividades chiíes, como la Ashura hoy, su día más importante, en el que muestran su duelo por el martirio de Husein, su tercer imán y nieto del profeta Mahoma, en la batalla de Kerbala (actual Irak) en el año 680 a manos del califa Yazid I.

Cazabombarderos de EEUU sobrevuelan Kabul

Pese a ello, cazabombarderos de Estados Unidos están sobrevolando Kabul para garantizar la seguridad en el aeropuerto de la capital, desde donde se está evacuando a ciudadanos estadounidenses y a sus colaboradores afganos.

El portavoz del Departamento de Defensa estadounidense, John Kirby, indicó este jueves en una rueda de prensa en el Pentágono que esos aparatos no están volando a baja altura y que no suponen ninguna demostración de fuerza.

El subdirector de Logística del Estado Mayor de EEUU, el general Hank Taylor, detalló en la misma comparecencia ante los medios que los cazas F-18, procedentes del Grupo de Portaaviones de Combate Ronald Reagan, llevan a cabo esos vuelos de vigilancia para "reforzar la seguridad".