Si el 2 de febrero de 2017 iniciábamos este reportaje satisfechos con el resultado de las últimas precipitaciones en forma de lluvia y nieve registradas unas semanas antes, en esta ocasión no podemos decir lo mismo y el panorama que se presenta ante nuestros ojos para los próximos meses y, posiblemente para el resto del año, es poco alentador.

El hecho de que no llueva supone una marcha atrás en el desarrollo socioeconómico de la población, muy difícil de recuperar si continúa así la climatología. Pidamos este año a nuestra patrona, la Virgen de la Salud, que escuche nuestras plegarias y rezos y traiga a los campos el agua que necesitan. Antes de 1968, cuando la fiesta se circunscribía a la jornada que se desarrollaba en su anterior ubicación, al caer la tarde acudíamos en procesión con la patrona hasta el monte donde se encuentra la ermita, para que observara el campo mientras en forma de cántico trovero y plegaria, el Tío Mateo Moya, primero y después Paco El Chicharra le imploraban para que lloviera.

Habría que hacer algo parecido y volver a pensar en la Madre, también para estas cosas, porque del agua dependemos todos. Sin agua nuestros exportadores no pueden cumplir con sus compromisos en el exterior y atender los mercados nacionales y europeos. Sin agua no hay mano de obra en los almacenes y en las cooperativas para que nuestros vecinos y vecinas puedan acudir a los supermercados a comprar el sustento de cada día. Sin agua no se puede hacer frente a las plantaciones que esperan en los semilleros para reproducirse y crear riqueza... Es tal la importancia que tiene que sin agua tampoco habría fiesta porque a la fiesta acudimos cuando tenemos satisfecho el estómago y para eso hace falta el agua.

La Hoya vive, fundamentalmente, de la agricultura y de la ganadería. Nuestros empresarios y agricultores tienen asumido que el futuro de todos pende de un hilo y que las cosas se pueden complicar mucho si el cielo no se digna en concedernos esa bendición.

Por eso, todos juntos y más en este día, debemos pedir aquello de : «Que llueva, que llueva, virgencica de La Salud».