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Esta tierra, cuando se denominaba Mastia, fue asimilada en el año 209 antes de Cristo por los cartagineses, que la bautizaron como Qart-Hadast. Después, hace 2.223 años, las águilas romanas se apoderaron de ella, pasando a ser Carthago Nova. Los siglos fueron pasando y la ciudad terminó por convertirse en Cartagena, ciudad que desde hace 25 años está siendo conquistada nuevamente por los herederos de aquellos antagonistas púnicos y romanos, ahora más unidos que nunca. Nos referimos a las fiestas de Carthagineses y Romanos, surgidas en 1990 como un bonito proyecto y que en esta edición recibirán un gran baño de plata por su veinticinco aniversario.

Sin duda, es una edición muy especial. Sirve para hacer un alto y mirar atrás para ver todo lo que se ha hecho, lo que se hubiese podido hacer y esos frentes que se han ido sucediendo en ese tiempo, como fueron las batallas por el sonido, contra el ´botelleo´, por un campamento estable, por conseguir el relevo generacional y un largo etcétera, con resultado victorioso en la mayoría de los casos. Este año XXV no ha podido comenzar de mejor manera, pues vuelven a estar 25 tropas y 25 legiones con la incorporación de nuevos grupos (Caballería Lusitana e Infantería Auxiliar Hispana), el regreso de Legión II Navalis y el refuerzo que supone para Príncipes de Mastia la fusión con Caballería Númida. Además, todos estos colectivos aportan mucha gente joven, que aseguran el relevo generacional y que los festeros veteranos puedan disfrutar de las fiestas sin estar en primera línea de combate. Serán diez días, del 19 al 28 de este mes, de auténtica locura, pues el programa de actos aumenta hasta 375 (cien más que un año atrás), en gran parte por ese aniversario. Hay días auténticamente maratonianos, especialmente en la recta final, merced a ese afán por superarse aún más con motivo del cumpleaños. Destaca el regreso del Circo Máximo tras cinco años ausente, el estreno del Juramento púnico por la defensa de Qart-Hadast, el nuevo diseño del desfile general (se distribuyen por civiles y militares y no por carthagineses y romanos) y la reestructuración que el Senado ha efectuado del primer domingo, que estaba excesivamente cargado, además de la novedosa puesta de largo que hoy se estrena como pregón de apertura.