Los registros de la flota pesquera de la comunidad gallega que maneja la Consellería do Mar –accesibles desde el año 2004– no aumentan. La continúa sangría de unidades, en especial en el segmento de la bajura, viene reduciendo el censo, que se acerca peligrosamente hacia la barrera de las 4.000 unidades. Sin embargo, la merma se ralentizó el pasado año pese el impacto que supuso el alza del precio del combustible, las consecuencias que viene arrastrando la economía desde el estallido de la pandemia de COVID o el golpe a la línea de flotación que trajo consigo el veto a la pesca de fondo en 87 caladeros de aguas comunitarias. Según el último informe, Galicia cuenta con 4.232 embarcaciones que tienen su puerto base en la comunidad, 28 menos que el año anterior. Una disminución que es inferior a las 61 unidades que se perdieron de media en la crisis de 2008 a 2014.

El censo gallego dejó atrás las 5.000 unidades precisamente cuando comenzó aquella crisis económica, que hizo mella en el segmento de flota que faena en aguas ibéricas. Entre 2007 y 2008 en la comunidad desaparecieron la comunidad casi 300 embarcaciones (298, concretamente), el mayor descenso que figura en el Rexistro de Buques Pesqueiros da Comunidade Autónoma de Galicia.

Situación de la flota pesquera gallega a cierre de 2022. MAR

Desde que se dio por finalizada aquella crisis (2014), el descenso de buques continuó, pero a menor ritmo, alternado años en los que se perdían 48 barcos (en 2017) con otros en los que la reducción se limitaba a 8 u 11 unidades (2015 y 2016, respectivamente).

Galicia inicio el año que estalló la pandemia en España, en 2020, con un total de 4.335 barcos. En los tres años completos desde entonces la pesca se enfrentó a serias dificultades, todas ellas exógenas. La más dura fue el alza del combustible tras la invasión rusa en Ucrania, un recurso crítico para la actividad, que necesitó el apoyo del Gobierno con la rebaja de 20 céntimos.

La otra gran novedad fue, sin duda, la normativa de Bruselas que prohibió la pesca de fondo en 87 zonas situadas en aguas de España, Portugal, Francia e Irlanda, que supuso que el Gobierno llegase a elevar una demanda ante el el Tribunal de Justicia de la UE para pedir su anulación. Sin embargo, sus efectos pueden notarse más en los años siguientes, ya que la medida entró en vigor el pasado 9 de octubre.

Segmentos

Con todo, el principal segmento que continúa perdiendo unidades es el de las artes menores. Respecto a 2021, Galicia perdió 22 de estos barcos, lo que supone el 80% de las bajas. Estos barcos, que también son los más anticuados, representan también el 90% de desde que llegó la pandemia a España, con 96 barcos menos.

También respecto al año pasado bajaron las unidades con puerto base en la comunidad en el segmento del arrastre (1) y el palangre de fondo (2) que pescan en aguas comunitarias, como Gran Sol. Las otras unidades que desaparecieron corresponden al arrastre (1) y palangre (4) de aguas ibéricas y cerco (2). En la otra cara de la moneda están las altas, que se dieron en caladeros fuera de la Unión Europea. Galicia tiene dos cerqueros y dos palangreros de superficie más.