La anunciada fusión de Iberia y British Airways (BA) creará, cuando finalmente se produzca, una de las tres mayores aerolíneas del mundo, ya que su facturación total alcanzará 14.000 millones de euros, cubrirá más de 200 destinos en cien países y tendrá una flota superior a los 400 aviones.

Cuando se anunció la operación en julio de 2008 se comunicó que se haría a través de la creación de una nueva sociedad en la que estarán los accionistas de ambas aerolíneas, que mantendrán sus marcas y cotizará tanto en la Bolsa de Madrid como en la de Londres.

Además, el entonces presidente de Iberia, Fernando Conte, señaló que el proceso sería "totalmente diferente al que llevaron a cabo en el 2004 Air France y KLM", porque aquel consistió en una ampliación de capital de la aerolínea francesa para comprar las acciones de la holandesa, mientras que este caso se crea "una sociedad con el accionariado de ambas líneas aéreas".

La capitalización bursátil de British Airways es ahora ligeramente superior a la de Iberia, ya que la empresa británica vale en el parqué 2.700 millones de euros, mientras que la española se sitúa en 2.116 millones.

Hace casi 16 meses, cuando se anunció la fusión, la capitalización bursátil de British era muy superior a la de Iberia; la empresa británica valía 9.000 millones de euros, mientras que la española se situaba cerca de 1.800 millones. Entonces, las compañías esperaban cerrar su proceso de fusión en menos de un año.

El capital social de Iberia se encuentra repartido actualmente entre Caja Madrid, que posee el 23%; British el 13,15; la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) el 5,16; El Corte Inglés, el 3,37; y el banco alemán Metzler Seel Sohn -como depositario-, con el 2,99.

En cuanto a British Airways, en su capital se encuentran Invesco, con el 11%; Blackrock el 9,1; Iberia con el 9,07; Standard Life, el 6,9; Barclays con el 6,9; y UBS con el 5,75.

En más de cien países

La nueva compañía estará presente en más de cien países, cubriendo con British Airways África, Asia, América del Norte y Europa, y con Iberia, Latinoamérica, además del mercado europeo.

La fusión busca crear una empresa con sinergias en muchos campos y que permita ahorrar costes en diferentes operaciones, como la compra de aviones y combustible.

Entre los asuntos que están frenando la consecución de la fusión se encuentran aspectos como si la parte española va a tener más importancia que la británica o viceversa y el plan de pensiones de los trabajadores de la empresa británica.

Además, la crisis económica que azota al mundo se ha cebado en especial con las compañías aéreas, de forma que el precio del combustible y la disminución de la demanda ha mermado los ingresos.

El cierre del ejercicio del 2008 fue severo para estas aerolíneas, pues Iberia tuvo un beneficio de 32 millones de euros, con una caída del 90,2 por ciento con respecto al año precedente, mientras que British registró unas pérdidas de 420 millones.

El pasado verano, Fernando Conte dejó la presidencia de Iberia sin concluir el proceso de fusión con British y fue sustituido por el ex presidente de Altadis Antonio Vázquez, quien se encarga de gestionar esta operación ayudado por su experiencia en este tipo de negociaciones.