Hubo un tiempo en el que en las casas de la huerta murciana se criaba el gusano de seda. Fue en los siglos XVIII y XIX, cuando la seda se constituía como un pilar dentro de la economía murciana, con distintas fábricas especializadas en su tratamiento y fabricación de tejidos de una calidad y delicadeza que llegaban a todas parte del mundo. Y aunque los tiempos han cambiado, esta especie sigue teniendo una gran acogida en la Región. De hecho, es costumbre por estas fechas, con la llegada de la primavera, llegar a casa -especialmente en las que hay niños- con una caja con algunos de estos gusanos, para divertimento de los más pequeños.

No es raro ver a gente arrimarse a una morera y alzar sus brazos para hacerse con una de sus hojas, sustento básico en la cría del gusano de seda. Afortunadamente, Murcia está llena de estos árboles, tanto en sus calles como en sus jardines, pero sobre todo en las afueras, en pueblos y en las zonas de huerta. Y es que los niños quedan rendidos ante el ciclo biológico de un gusano, su metamorfosis, por lo que criar a algunas de estas orugas puede ser una lección interesante que ofrecer a nuestros hijos.

Los elementos básicos que necesitamos son: una caja de cartón con su correspondiente tapa -agujereada previamente para que dejemos pasar la luz y el oxígeno-, hojas de morera -que en el frigorífico se mantienen frescas durante unos cinco días- y un lugar tranquilo en el que cuidar a nuestros gusanos; en este sentido, os recuerdo que, si tenéis perros o gatos, mantengáis la caja alejada de ellos.

Con esta actividad, fomentan varias cosas: la primera es la responsabilidad por parte de los niños en el cuidado y alimentación de los animales. Y, por otro lado, como os he dicho, les proporcionamos una ventana al desarrollo del ciclo biológico del gusano de seda, en el que, desde una sencilla caja, podrán comprobar cómo ese gusano termina tejiendo el capullo con el que acabará convirtiéndose en una palomilla y cómo pondrá sus huevos en la misma caja, iniciándose de nuevo el ciclo. Hemos de recordarle a los niños que de ahí saldrán a la primavera siguiente los gusanos de seda. Es curioso, porque vamos a necesitar una lupa para verlos bien, ya que cuando nacen son tan chiquitines que apenas podemos distinguirlos.

Podemos enlazar esta lección con un poco de historia, contarles a los niños el origen de la seda, e incluso trasladarlos con la ayuda de un mapa o de un globo terráqueo hasta la milenaria China, de donde es originaria. Allí era tan preciada que guardaban el proceso como en oro en paño, dado el gran valor que tenía. De hecho, se reservaba el cuidado del gusano a espacios de alta alcurnia, en los palacios, hasta que más tarde terminó siendo moneda de cambio entre comerciantes, como demuestra la famosa Ruta de la Seda, declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad: un corredor de lugares que van desde China hasta Kazajistán y Kirguistán.

Los niños se sorprenderán comprobando la importancia de algo tan pequeño, y que termina ofreciendo un producto tan valioso. Extrapolarlo a ellos mismos y a sus proyectos o ideas, infundiéndoles y animándoles en sus gustos o inquietudes, dando el valor al interior de las personas como algo positivo, puede ser una gran lección aprendida. Y, por supuesto, si hablamos de la alimentación del gusano, podemos enlazar en el cuidado del medio ambiente, y el respeto por las tradiciones y el cuidado de la huerta como algo propio y que debemos de mantener.

'Etnología' puede ser la palabra que aprendan de cara a las próximas Fiestas de Primavera. Además, si subimos al Centro de Visitantes de La Luz, podremos ver una maqueta preciosa de un gusano de seda, que sería muy interesante para completar esta aventura. Y en el Museo de la Ciudad de Murcia, hay muchas referencias relacionadas con la época industrial en la que la Seda era tan importante en nuestra Región.

Otra actividad que podemos hacer con los niños es que descubran, a través del tacto, una pieza de tela que esté confeccionada con seda, otra con algodón y otra con poliéster. Que noten ese tacto y ese brillo característico de un pañuelo de seda, en comparación con otro tipo de fibras que son sintéticas.

Si no tienes aún gusanos de seda, el mejor sitio para encontrarlos es en el colegio donde estudien tus peques. Hay muchos niños que estarán deseosos de compartir unos cuantos con vuestra familia. Porque, ¿quién no ha tenido gusanos de seda de niño? Pues ahora es el turno de ellos.