La linarense Petra Martínez se subirá a las tablas del Teatro Circo de Murcia para hacer reflexionar, desde el cuarto de estar del personaje al que interpreta, al público que descansa sobre las localidades del patio de butacas. Una mujer en la ventana, obra escrita originalmente por el alemán Franz Xaver Kroetz -y llevada ahora a la acción por Uroc Teatro-, narra la historia de una mujer mayor, todavía en buenas condiciones físicas y con ganas de vivir independiente, que tiene que aceptar ir a una residencia de ancianos. El dueño del edificio, donde la mujer lleva más de cuarenta años, ha conseguido que lo declaren en ruinas y debe abandonar el inmueble por la mañana.

Su hijo va a venir a recogerla temprano para ayudarla a empaquetar y llevarla a su nuevo hogar, y la obra transcurre cuando la mujer, antes de irse a la cama, empieza a seleccionar las cosas que se puede llevar. La obra, en la que Juan Margallo vuelve a dirigir a Petra, trata de la soledad, de cómo la protagonista, que ha ido coleccionando recuerdos y afectos durante toda su vida, tiene que abandonar parte de esos recuerdos de un día para otro, ya que en su nueva vida no cabe todo lo que la une al pasado. Desde las cachimbas del marido, hasta el canapé donde descansaba después de comer o su pajarito que, ignorante de todo, pía en la jaula sin ser consciente de que esta será la última noche que pasen juntos después de tantos años.

De eso trata la obra, del final de la vida de muchas personas que vivieron apegadas a la familia y en el final del trayecto, sin quererlo, tienen que quedarse solas , fuera de su casa, de su entorno, y conviviendo con desconocidos que, como ella misma dice, en un momento de la obra «vaya usted a saber si no me toca por compañera una vieja gruñona».

«Llevar a escena en este momento Una mujer en la ventana -apunta la compañía- tiene cierto eco de los desterrados de la tierra: los refugiados, los emigrantes, los desahuciados y todas aquellas personas que, en contra de su voluntad, se ven obligadas a abandonar el lugar donde han vivido siempre».