Pablo Larrea, de borrón en borrón en el Real Murcia

Mientras que los jugadores que en verano parecían secundarios, como Alberto González y José Ruiz, se han convertido en imprescindibles en el Real Murcia; los futbolistas que llegaron con el cartel de ‘VIP’ están siendo un verdadero lastre para los granas. En este último grupo aparece un Pablo Larrea que, pese a ser una de las grandes apuestas de Javier Recio, ya se ha confirmado como uno de los grandes fiascos del curso. Lo dicen sus números -solo ha jugado 13 partidos de los 30 que ya se han disputado- y lo dice su actitud en el campo, una actitud que no ha pasado desapercibida para una afición que desde hace semanas lo tiene en el punto de mira.

El mismo Larrea aseguraba hace solo unos días que «yo soy el primero que está decepcionado conmigo mismo», comprometiéndose a dar un paso más para recuperar su mejor versión: «Puedo comunicarle a la gente que estoy dando todo de mí para reducir estas lesiones y voy a seguir haciendo todo lo posible por estar aquí».

Pues ahora que parecía que las lesiones habían quedado atrás, el futbolista madrileño tendrá que volver a parar, y en esta ocasión será por sanción. Y es que el domingo frente al Recreativo Granada fue expulsado por doble amarilla. Pese a saber que tenía una cartulina -la vio en el minuto 24-, en el 54 volvió a hacer una falta tonta en el centro del campo, condenando a los murcianistas a quedarse con diez en un partido que se complicaba todavía más. Ni la victoria tapó la nueva torpeza de un futbolista que entre unas cosas y otras apenas ha aportado nada al equipo murcianista.

¿Puede jugar peor el Real Murcia?

De hecho, el fichaje por el que más luchó Javier Recio este verano, el fichaje que debería dar un salto de calidad al centro del campo de los murcianista, ha acabado siendo un fiasco total, una losa pesada si se tiene en cuenta además que cuenta con uno de los contratos más altos del curso y que esa vinculación se extiende más allá del próximo 30 de junio.

No estará Larrea este domingo en Algeciras, donde sumará su decimoctava jornada en blanco. Entre lesiones y sanciones, el futbolista madrileño apenas ha participado en trece partidos con el Real Murcia, de los que en nueve ha sido titular. Además, solo en tres ha completado los noventa minutos.

Unas cifras que le dejan como actor totalmente secundario, y es que, incluso cuando ya ha superado sus problemas físicos, su presencia no ha mejorado el centro del campo.

Debut en noviembre

Para verle debutar hubo que esperar hasta noviembre. Después de llegar lesionado, fue recayendo una y otra vez, hasta perderse las primeras diez jornadas del campeonato. El 5 de noviembre jugaba 9 minutos ante el Ceuta y una semana después, en el estreno de Alfaro en el banquillo, saltaba al campo para disputar un minuto contra el Madrid Castilla. No se movió del banco frente al Intercity y al Málaga, siendo titular por primera vez en la victoria en el campo del Recreativo.

Coincidiendo con el final de 2023 e inicio de 2024 llegó el tramo de más regularidad de Larrea, pero contra el Córdoba, el 27 de enero, volvía a lesionarse, teniendo que abandonar el campo en el minuto 7. Como tenía cuatro amarillas, desde el banquillo intentó forzar la quinta, pero la gestión fue tan nefasta que acabó expulsado por roja directa y teniendo que cumplir dos partidos de sanción, además de continuar con cuatro cartulinas.

No estuvo ante San Fernando, Alcoyano, Intercity y Castilla, jugando 27 minutos frente al Recre, donde veía amarilla y tenía que parar de nuevo para cumplir ciclo.

Ahora, después de ser titular contra el Sanluqueño y este domingo ante el Recreativo Granada, Larrea suma un nuevo borrón a su decepcionante temporada como grana. Acabó expulsado por doble amarilla en el minuto 54, condicionando a su equipo no solo ante los nazarís, también en la próxima cita en Algeciras.

Con ocho jornadas por delante, pocos confían ya en ver una mejor versión de Larrea, un Larrea que parece condenado a formar parte de la lista de grandes fiascos, una lista que engordará bastante esta campaña, con nombres como el de Montoro, despedido en enero; o el del central Marcos Mauro, otro de los más señalados este curso.