Fútbol

El mercado invernal examina a un Real Murcia sin director deportivo

La decisión del club de no ocupar el hueco dejado por Manolo Molina el pasado verano deja los fichajes en manos del consejo de administración

Mario Simón mira unos apuntes durante un entrenamiento. | PRENSA REAL MURCIA

Mario Simón mira unos apuntes durante un entrenamiento. | PRENSA REAL MURCIA / ángela moreno

Ángela Moreno

Ángela Moreno

Cuando el pasado 13 de noviembre el Real Murcia cayó eliminado de la Copa del Rey y desde el consejo de administración se lanzó un ultimátum a Mario Simón, la papeleta que se encontraron en las oficinas de Nueva Condomina fue interesante. Había que tener una alternativa al banquillo por si el madrileño caía al siguiente fin de semana, sin embargo, sin un director deportivo, nadie en los despachos era capaz de proponer ni un nombre. No hizo falta. Porque el Real Murcia salvaba el match ball frente al Logroñés y a continuación encadenaba su mejor racha de la campaña, pero, de haberse producido lo contrario, la situación podría haber sido delicada por el vacío que hay en la dirección deportiva desde que el pasado mes de agosto dimitiese Manolo Molina.

La salida del lorquino cuando la plantilla prácticamente estaba construida hizo que desde el consejo de administración prefiriesen seguir adelante sin contratar a un sustituto, pero ahora con la llegada del mercado invernal será cuando el Real Murcia pase un examen sobre si la decisión de no tener a un director deportivo es correcta o no.

Y es que, como ocurriera cuando se presentó la posibilidad de que Mario Simón fuese despedido, dentro de las oficinas no hay ningún cabeza visible en este área. Solo una comisión deportiva de la que se sabe que forman parte Agustín Ramos, Antonio Pedreño y el propio Mario Simón y en la que, desde la salida de Manolo Molina, ha ganado fuerza Ismael Garrido, sin embargo del salto de éste a la secretaría técnica no hay ni un solo comunicado oficial.

Se supone que Garrido y Simón serán los que a partir de ahora pongan sobre la mesa los nombres de aquellos jugadores que interesan y que, como suele ser habitual en cualquier club, sea el presidente el que decida si es posible la operación o si se descarta. De hecho, en estos días de vacaciones navideñas, ya ha habido alguna reunión de la mencionada comisión para ver qué posiciones son las que más se necesitan reforzar.

Será a partir de ahora cuando empiecen a estudiarse nombres, como un paso previo al inicio de las negociaciones. De los fichajes que se vayan realizando y que en teoría no serán demasiados dependerá el éxito o el fracaso de este modelo en el que no existe la figura del director deportivo. Porque si los refuerzos no mejoran lo que hay, muchos señalarán al club por no ocupar el hueco dejado por Manolo Molina cinco meses después de su salida. Aunque la no llegada de un director deportivo cuando el mercado veraniego ya estaba concluyendo parecía lógica, más dudas deja que nadie en el club se haya planteado esa posibilidad con la temporada ya abierta y pensando en un futuro.

No es la primera vez que en el club grana se da esta situación. Ocurrió en las dos campañas de José Manuel Aira. La marcha de Chuti Molina y la difícil situación económica del club, hizo que el consejo de administración presidido por Jesús Samper optase porque fuese el entrenador leonés el que también se encargase de los fichajes, y la fórmula no salió nada mal, porque los granas jugaron dos play off de forma consecutiva, aunque no lograron el ascenso al fútbol profesional.

Posteriormente, en la etapa de Raúl Moro, no hubo un director deportivo profesional, pero ese cargo sí estuvo representado por un Deseado Flores que se autoproclamó responsable de todos los movimientos de la plantilla. Algo parecido ocurrió también con Toni Hernández, contratado por Víctor Gálvez para fichar y como director general.

Desde finales de 2018 y hasta el pasado verano el Real Murcia siempre había tenido un director deportivo. Por ese despacho han pasado Pedro Cordero, que apenas duró en el cargo un par de meses, Julio Algar, que abandonaba tras el descenso a Segunda RFEF, y Manolo Molina.