La Opinión de Murcia

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Crónica

Los ‘pichichis’ también fallan

El Real Murcia no pasa del empate frente al Socuéllamos en un partido en el que Andrés Carrasco desperdicia hasta cinco ocasiones claras de gol

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Todas las imágenes que ha dejado el partido del Real Murcia Pepe Valero

Estaba tan obsesionado Mario Simón con el Socuéllamos, que no entendió el técnico del Real Murcia que ayer tenía mucho que ganar y poco que perder. Porque caer o empatar, que puede ser lo mismo después de la igualada de hace una semana, te iba a seguir dejando en medio de la batalla por el primer puesto, pero ganar te iba a permitir mandar otro aviso directo a los oídos del líder, ahora el Intercity.

Pues le costó entenderlo al técnico del Real Murcia. Le costó casi setenta minutos, que son los que desperdiciaron los granas cayendo en la trampa de un Socuéllamos que solo necesitó un planteamiento aseado con dos líneas muy firmes para aguantar con comodidad a los locales durante más de una parte.

Y cuando lo entendió el entrenador madrileño, ya era muy tarde. Y era tarde, porque cuando lo dejas todo para el final, siempre es más probable que las cosas salgan mal. Tal y como comprobó la afición murcianista, que se fue a casa lamentando por un lado las ocasiones desperdiciadas por Andrés Carrasco, que las falló de todos los colores en el arreón final, y por otro, decepcionados por la ocasión perdida para mantener la distancia con un Intercity que ganaba al Mancha Real.

Y mira que con la entrada de Zeidane por primera vez en el once, Simón parecía prometer arrebato. Pero la presencia del sueco no fue suficiente en un equipo de nuevo encorsetado en el centro del campo.

Todo lo que había mejorado el Real Murcia con el doble pivote formado por Julio Gracia y Armando -o Athuman cuando el murciano estuvo sancionado- lo ha perdido en el momento en el que a Simón se le han multiplicado las opciones en esa zona.

Y es que el técnico, que siempre da prioridad a la fortaleza defensiva, no es capaz, salvo en caso de obligación, de romper ese trivote en el que a los mencionados se une un Julio Gracia que en este tramo del campeonato se ha convertido en el motor que mueve a los murcianos.

Con Athuman casi como tercer central en muchas ocasiones y con Julio Gracia en zona poco peligrosa, el que se tuvo que comer un auténtico marrón fue Armando, que pasó de ser el sostén del centro del campo a actuar casi de mediapunta, una posición en la que puede ganar cualquier batalla pero en la que es el primero que se apaga cuando toca encender la luz.

Y ayer, en el primer tiempo, electricidad hubo poca. Quitando dos intentos de Andrés Carrasco, el primero tras posiblemente el único centro de Santi Jara en el partido; y un disparo de Armando que se estrelló en la defensa después de un córner, el Real Murcia fue nulo ofensivamente. Y eso que, a diferencia de otros partidos, el Socuéllamos le regaló el balón desde el inicio, haciendo que los granas dominaran a placer la primera parte.

Julio Gracia disfrutaba con el balón en los pies, sin embargo, el festival de pases del andaluz no desahogaban a un equipo que necesitaba que el futbolista más en forma de la plantilla diese dos pasos más adelante y se metiese en las arenas movedizas que siempre rodean al área. Arenas que Zeidane y Alberto López fueron capaces de superar en una gran combinación a la que Armando no llegó en el minuto 33.

Ni con todo el balón del mundo leyó bien la primera parte el Real Murcia, que simplemente interpretó el guion elaborado por un Socuéllamos bien ordenadito atrás y dispuesto a aprovechar cualquier momento para parar el juego o robar minutos al reloj. Porque lo de mirar a los ojos de Serna casi nunca estuvo en los planes del equipo de Sergio Campos.

Lo peor es que las cosas no cambiaron en el inicio de la segunda parte. Hubo que esperar al minuto 59 para disfrutar de la primera gran ocasión de los granas, ocasión que coincidiría con el inicio del festival de fallos que ayer protagonizó Andrés Carrasco.

El pichichi grana, que tantas veces ha salido al rescate de los suyos, no tuvo ayer su día, convirtiendo en héroe al meta Diego Nieves. De todos los colores las falló Carrasco. Empezó errando un mano a mano, continuó con un disparo que despejó el portero visitante, siguió con otro que se fue mansamente a las manos del albaceteño y acabó completamente desesperado tras un tiempo de descuento en la que el Real Murcia no dejó de intentarlo.

Fueron veinte minutos de asedio grana. Veinte minutos que coincidieron con el cansancio de los visitantes y con los movimientos realizados por Mario Simón. Aunque fue Boris el primero en saltar al campo, el verdadero cambio de actitud llegó pasado el 70, cuando el entrenador, sabedor por fin de que ya no quedaba otra que intentar ganar, no se guardó nada en el banquillo. Entraba Haro, al que Zeidane había quitado su sitio en el once; Pablo Ganet y Juan Fernández, y pronto la electricidad empezó a fluir.

Con el guineano aprovechando los espacios que se iban generando en un partido ya roto, los balones empezaron a llegar con claridad, pero la historia ya la saben, hay días en los que los ‘pichichis’ también fallan.

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