La derrota de ayer del UCAM Murcia puede catalogarse como un accidente. Hizo méritos suficientes para llevarse la victoria, pero el fútbol no siempre es justo. Desperdició numerosas ocasiones en la primera mitad y terminó pagándolo con una dura derrota. Pocas veces se ve a José María Salmerón cabizbajo. En rueda de prensa no podía encontrar explicación a la derrota y se le vio sin energía, como si estuviera desgastado. No se lo podía explicar él y tampoco el que vio el partido, sea del bando que fuere. Y es que el UCAM Murcia fue mejor, y además, no por poco. Propuso a través de la posesión muchísimas ocasiones y quería dominar con juego. Esta vez sí se vio un UCAM Murcia con chispa y con intención de ganar. Pero así es el fútbol. Hay días que vas a especular y te encuentras con resultados positivos, y otros días en los que vas a morder y te vuelves amedrantado por la cruel situación.

El UCAM Murcia tomó ayer de su propia medicina. Y es que, la táctica que suele usar Salmerón, fue utilizada en su contra. El equipo que propuso ayer fue el conjunto azuldorado y el que esperó agazapado atrás fue el Atlético Sanlqueño. Se intercambiaron los papeles y salió cruz para el UCAM. Pero también es justo decir que de estos partidos, los murcianos perderían dos de cada diez. Los dos goles del Atlético Sanluqueño llegaron, el primero por fortuna, tras un rebote, y el segundo, con una gran asistencia de Xemi Fernández, que intentó despejar de cabeza y la peinó hacia atrás, dejándole el esférico en bandeja a García.

31

UCAM Murcia CF - Sanluqueño Israel Sánchez

Buena iniciativa

El UCAM Murcia tenía la oportunidad de dar un golpe sobre la mesa. De recuperar la alegría que había perdido en las últimas jornadas. Acumulaba antes del encuentro un cuatro de seis que bien mejoraba la situación crítica que atravesaba, pero que no terminaba de cerrar las dudas por el juego mostrado. Se le pedía al UCAM Murcia un paso más. Además de la victoria, se le pedía una imagen que convenciera a sus aficionados. Un equipo con actitud dominante que no se echara atrás desde el minuto uno de partido y que dejara jugar al rival a sus anchas.

Y fue exactamente así como empezó el UCAM Murcia. Con una muy buena actitud, muy diferente al resto de partidos del mes de octubre. Sacó José María Salmerón un once inédito, con un dibujo diferente para dar entra a dos puntas.

Le salió bien la idea a Salmerón, pues el equipo azuldorado estaba jugando un buen fútbol, con mucha más fluidez que en anteriores encuentros y, en definitiva, con más iniciativa y más mandón. En la primera parte se vio un equipo universitario muy suelto, con un fútbol líquido en sus atacantes. Alberto Fernández era líbero y se fue moviendo por la posición de ataque que quería, intercalando su posición con Manu o Nuha. También lo hizo Josema, aunque éste se mantuvo más fijo en la banda. Durante la primera parte, el UCAM Murcia dominó con balón y también dispuso de las ocasiones más claras del partido. Eso sí, casi todas a balón parado. Alberto Fernández a balón parado tiene un guante. Y así lo demostró. Puso tres o cuatro caramelos a sus compañeros que no encontraron puerta por escasos centímetros o por el buen hacer de Falcón. Nuha en dos ocasiones, Charlie Dean y Farrando tuvieron varios remates francos para haber abierto el marcador. Pero no fue así y el que perdona la paga.

El Atlético Sanluqueño, que esperó agazapado durante el primer acto, esperó su momento para hacer daño. Y vaya que si lo hizo. En una acción aislada que pocos esperaban, se puso por delante en el marcado. Canillas, con un poco de fortuna, dejó con cara de sorpresa a todos los espectadores presentes en La Condomina. Solo necesitó una jugada aislada por la izquierda y un remate mordido que tocó en Josete antes de adentrarse. Un jarro de agua fría para el UCAM Murcia, que, a pesar de estar proponiendo cosas diferentes, se veía nuevamente por debajo.

En la segunda parte, el partido siguió el mismo rumbo, aunque al UCAM le costó mucho más llegar que en la primera parte. De hecho, el que perdonó el 0-2 definitivo fue el Sanluqueño. Cuando el partido entraba en un oasis para el UCAM Murcia, sin profundidad y sin ocasiones, apareció el de siempre. Alberto Fernández se adentró en el área y la defensa no tuvo otra opción que derribarlo para evitar la acción. El penalti fue muy claro y así lo señaló el colegiado sin titubear. Él mismo se encargó de definirlo y poner las tablas de nuevo.

Pero el futuro iba a tener otro dardo envenenado para el UCAM Murcia. En el minuto 85, cuando la inercia animaba a pensar que el equipo universitario podría remontar el encuentro, llegó la estocada definitiva para los murcianos. En un fatal despeje de Xemi Fernández, el Atlético Sanluqueño hizo el 2-1. Toni García se encontró con el regalo del catalán, que despejó hacia atrás en un grave error, y definió solo ante Biel Ribas. Dura derrota para el UCAM Murcia, que ni aún haciendo un buen partido, pudo frenar la sangría de goles en contra y vuelve a perder un partido en casa. Se vuelven a instalar las dudas en los despachos de La Condomina, donde espera una semana larga.

«Es una derrota difícil de explicar»

Pocas veces se ve a un entrenador tan firme como Salmerón así de derrotado. O al menos, esa es la impresión que dio en la rueda de prensa posterior al partido ante el Atlético Sanluqueño. «Es una derrota difícil de explicar. Hemos hecho muchísimas ocasiones para haber ganado. Sus dos goles se los hemos regalado, vienen de un rechace y de un pase que le hacemos nosotros», señalaba indignado el técnico almeriense.

«Hay que seguir trabajando porque hemos tenido muy poca fortuna con los goles. Hemos regalado la victoria al rival, se han encontrado con ella. Es que no han sido jugadas que hayan fabricado ellos, se lo hemos regalado», seguía sin encontrar explicación.

Salmerón a pesar de estar recibiendo una gran cantidad de goles, defendió el partido que hizo su equipo ayer. «No hemos recibido ocasiones. No nos han generado nada con jugadas suyas. Ha habido partidos en los que sí que hemos cometido fallos, pero este partido no ha sido el caso», exponía.

«Me voy con impotencia, porque por dos acciones aisladas del juego nos vamos con la derrota. Hemos tenido mil oportunidades para poder ganar el partido. El segundo llega cuando mejor estábamos pero bueno, nos vamos decepcionados porque hemos hecho méritos para no perder», finalizaba el almeriense tras analizar la derrota.