La temporada del Real Murcia no ha dejado indiferente a nadie y no precisamente en el buen sentido. El equipo grana, desde el principio de la temporada, no ha dado el nivel necesario para conseguir el objetivo de la Primera RFEF. Hay quien diga que es fácil opinar ‘opinar a toro pasado’ pero lo cierto es que la situación del Murcia se veía venir desde los primeros encuentros, en el que las carencias de los futbolistas lucían por encima del resto de factores.

La mala temporada realizada -no solo en el césped, también en los despachos- ha dejado al Real Murcia en Segunda RFEF la siguiente campaña, lo que equivale al cuarto escalón del fútbol nacional. El equipo grana no se veía en esta tesitura desde la temporada 1995/1996.

Poco se puede salvar de la desastrosa campaña que ha firmado el Real Murcia. Desde la planificación hasta el rendimiento de los jugadores, hay poco aprovechable de cara al siguiente curso. Si hay algún nombre propio que se puede salvar y que sí ha cumplido con lo que se esperaba de él, ese es el de Alberto Toril. Sus ocho goles le avalan como el jugador más determinante de la plantilla del club grana. Sin ser el jugador más técnico, el balear ha confirmado las buenas sensaciones que dejó el curso pasado. Uno de los pocos aciertos de la dirección deportiva fue el seguir confiando en él otra temporada más. Toril ha ido evolucionando desde su llegada a Murcia y a mitad de curso, con la salida de Chumbi, asumió galones para ser el líder destacado por encima del resto de sus compañeros. Se trata de un delantero luchador, con alma y entrega. Sabe perfectamente cuáles son sus puntos fuertes y las exprime. Basa gran parte de juego en su altura y envergadura para hacer goles y su juego permite fijar a los centrales para dejar más espacio a la línea de creación, cualidad que no se ha podido ver en exceso este curso por la falta de calidad en la zona de tres cuartos.

Sin llegar a cuajar una temporada para el recuerdo, Toril es el único que se salva del desastre. Sus ocho goles han incidido directamente en 12 de los 32 puntos que posee el Real Murcia a falta de una jornada. Sus primeros goles llegaron en el segundo partido del curso con un doblete que sirvió para sumar la primera victoria. Ante el Betis Deportivo, metió pero su gol no cambió la derrota murcianista. Tras volver de la sanción que le hizo perderse dos encuentros, Toril volvió por la puerta grande y convirtió el gol que hizo que el Murcia venciera al Recreativo Granada.

Su mejor racha de la temporada la firmó entre el 21 de febrero y el 17 de marzo, en los que consiguió marcar tres goles en tres jornadas ante el Yeclano, el Córdoba y el UCAM. Su tanto en La Constitución sirvió para ganar y los otros dos para empatar. Cabe destacar su agónico gol ante el equipo universitario en el descuento ya que si Toril no hubiera metido aquel gol que parecía que no servía para nada, el Real Murcia estaría luchando hoy en el grupo de descenso para bajar a Tercera RFEF (Quinta División).

A Toril se le ha visto un poco más apagado en esta segunda fase. No le han salido las cosas y ha estado en la línea general de todo el equipo. De hecho, solamente ha visto gol en la victoria de la jornada pasada ante el Cádiz B.

Poco más se puede rescatar de la plantilla de este año. En la portería, Nereo Champagne ha conseguido mejorar el rendimiento de Tanis pero no ha sido suficiente. En la defensa, el Murcia ha estado sufriendo toda la temporada y poco hay que salvar. Resalta el caso de Edu Luna, que a pesar de comenzar bien, ha terminado por debajo del nivel que se le espera. Gurdiel y Molinero, a pesar de mostrar más calidad, no han mejorado los resultados. En el centro del campo, Yeray no ha estado en toda la temporada, Youness se ha apagado con Loreto y a Verza le pesa la edad. Abenza ha dejado destellos pero no ha sido suficiente. Arriba, solamente Carrillo acompaña a Toril dentro de la categoría de salvable. Esperan tiempos difíciles por el entorno murcianista. El club, con un futuro incierto en lo institucional y una deuda en constante aumento, va a tener que hacer una plantilla competitiva para salir del pozo en el que se han metido. Sin duda, deben apoyarse en su activo más importante, el Imperial. Y es que éstos, como mínimo, se merecen la atención que se han ganado sobre el césped.