ElPozo Murcia va en sintonía con las victorias. El cuadro murciano se impuso al Antequera por 5-3 en un gran encuentro y suma ya seis victorias consecutivas, poniéndose a tan solo seis puntos del liderato cuando tienen dos partidos menos que los rivales que lo superan

El comienzo del encuentro fue un canto a la locura. ElPozo salió con todo y lanzándose al ataque sin red de seguridad, tal y como los niños en el recreo cuando les indican que quedan cinco minutos para volver a clase. Se aparta todo y se materializa un desgobierno cuyo último fin es el gol. Un momento que es de disfrute máximo precisamente por la fugacidad que lo envuelve.

Y el conjunto murciano, que es como ese niño ordenado durante el partido que destaca en esos últimos minutos que se exprimen antes de volver a las aulas, quiso además regalar buen juego para los que los observaban. Su rival, un UMA Antequera hundido en la penúltima plaza, era como el equipo de menores que tienen la oportunidad de jugar con los mayores y que, aunque al principio son tímidos, luego despuntan. Una vez se sacuden la vergüenza inicial y son conscientes de que el resultado de la situación no ofrece un peor escenario del que ya se está viviendo, se liberan y generan peligro. Poco más hay que perder.

Así, ambos equipos regalaron ocasiones, siendo el conjunto de Giustozzi el que capitalizaba la mayor parte de las oportunidades y casi estableciendo un monólogo de ataque, pero ese momento de exaltación se apagaba y el gol no hacía acto de presencia. El argentino solicitó tiempo muerto consciente de que, una vez bajara el ímpetu inicial, perforar la red rival se iba a hacer más complicado. El cuadro malagueño se defendía con dificultad en los ataques rápidos pero en estático se manejaba con más soltura.

En una situación medio normal, ElPozo llevaría algo más de tres goles en su casillero habida cuenta de las ocasiones tan claras vividas. Alberto, Marcel, Paradynski…prácticamente la totalidad de la plantilla tuvo ocasión de perforar la meta defendida por Cone. Hasta que, a falta de cinco minutos para el final del primer tiempo, Juanjo asistió desde su área a Felipe Valerio y el brasileño remató de espaldas haciendo el primero del partido. El premio se había hecho de rogar y, con un botín muy escaso para los de la capital del Segura, iba a finalizar el primer acto cuando, restando cinco segundos para tomar el camino a vestuarios, Antequera logró el empate en un contragolpe dejando a ElPozo helado.

Si los aficionados se habían quedado con mal cuerpo por lo acontecido en los últimos segundos del primer tiempo, se les cortó la digestión cuando a los diez segundos del segundo acto Antequera logró ponerse por delante en una jugada de estrategia gracias a un nuevo tanto de Álex Fuentes, quien firmaba un doblete. ElPozo tragó saliva con dificultad y empujó al rival hacia su campo, dificultando todo atisbo de juego del contrario y logrando el empate poco después por medio de Paradynski. El susto había pasado y el pulso se relajaba.

No obstante, la situación distaba de ser la ideal y ElPozo llamó a su particular señor Lobo de Pulp Fiction, cuya tarjeta de presentación era “yo soluciono problemas” y quien en la cinta de Tarantino es interpretado por Harvey Keitel pero en la vida del fútbol sala está encarnado por Fernando, y el granadino cogió el balón en su área, recorrió la banda y fusiló al portero de Antequera. “Estoy a 30 minutos, llegaré en 10”. Algo así es lo que se puede esperar del de Algarinejo.

Fue ese tanto el que rompió definitivamente el duelo y abrió la puerta a los goles, que llegaron en tromba al son de Jumaji como deuda por todos los que no se vieron en el primer tiempo. Primero Paradynski y luego Pol Pacheco pusieron un 5-2 que parecía definitivo aunque poco después Amorós recortó distancias lanzando un aviso a navegantes que finalmente quedaría en nada. Así, el tiempo se acabó, sonó el timbre del final del recreo y los jugadores volvieron a clase dejando el buen sabor de un partido que ganó ElPozo, quien suma su sexto triunfo consecutivo y mira sin vértigo hacia el liderato.