"No estoy ratificado, estoy reforzado”. Así veía Adrián Hernández la decisión del consejo de administración de mantenerlo en su puesto después del empate firmado ante el Lorca Deportiva, donde al mal resultado se unió la penosa imagen ofrecida por el Real Murcia en el terreno de juego. No consideraba el técnico murciano un ultimátum la vida extra que le dio Julio Algar, y es que fue el director deportivo el que aconsejó a los responsables de Nueva Condomina que lo mejor era mantener al ex del Churra en el banquillo. Pero finalmente, como siempre ocurre en el mundo del fútbol, lo que Adrián Hernández definió como un refuerzo, ha sido simplemente el paso previo a su despido. Porque siete días después, Francisco Tornel y sus consejeros han puesto de patitas en la calle al murciano.

Si la imagen ofrecida frente al Lorca Deportiva ya hizo que los responsables granas señalasen directamente al entrenador, lo visto este domingo frente al Linares, donde los granas fueron superados de principio a fin, empeorando todavía más lo que parecía imposible, ha sido definitivo. Sin casi esperar, el Real Murcia ha comunicado el despido de Adrián Hernández, que abandona así el banquillo murcianista una temporada y media después de asumir el cargo.

Con la renovación de la plantilla en el mercado invernal, los resultados no han llegado, y el Real Murcia ha iniciado una caída en picado que ya le tiene más cerca de la zona de descenso que de los tres primeros puestos. Esto ha hecho que Adrián Hernández pierda todos los apoyos que tenía en Nueva Condomina. Si ya estaba solo hace siete días, cuando solo Julio Algar defendió que debía continuar, tras la derrota en el campo del líder, el despido ya ha sido inevitable.

Adrián Hernández sale así del Real Murcia una temporada y media después de aterrizar en el club. Llegó en el verano de 2019 para encabezar un proyecto diferente, en el que los presupuestos se reducían y los jugadores de las bases tomaban protagonismo. Pese a que su única experiencia estaba en Tercera División con el Churra, en Nueva Condomina lo vieron como el entrenador perfecto. Su primer curso acabó antes de tiempo por la crisis del coronavirus, aunque en ese tiempo no fue capaz de llevar a los granas a los puestos altos.

Después de un tira y afloja para cerrar su renovación, Adrián Hernández volvía a ser el cabeza visible de la temporada actual. La irregularidad ha sido la nota predominante a lo largo de todo el curso, y cuando ya solo quedan cuatro jornadas, con el Real Murcia empeorando su imagen cada semana y con resultados que no llegan, el consejo de administración ha decidido acabar con la etapa del entrenador murciano en el banquillo.