No pudo ser. El fútbol no dejó presenciar a los murcianos una noche mágica de Copa, de las que se quedan en la retina del aficionado durante muchos años. La lógica apareció anoche en el beSoccer La Condomina para disipar cualquier atisbo de esperanza que tenía el equipo de menor categoría. Y eso que, durante muchos minutos, esas diferencias se desdibujaron hasta tal punto que apenas se notaron. El UCAM Murcia puede estar orgullo de su partido. Plantaron cara a un Real Betis plagado de estrellas y confeccionado para estar luchando por posiciones europeas en una de las mejores ligas del mundo.

Era un día grande para el fútbol regional. La ciudad de Murcia volvía a recibir a un Primera, casos que se pueden contar con los dedos de una mano en los últimos años. De hecho, los universitarios solamente han jugado contra un rival de Primera en la 16-17, contra el Celta de Vigo, eliminatoria en la que cayeron 0-2 en el global. El UCAM Murcia recibía al Real Betis de Manuel Pellegrini en la primera ronda de la Copa del Rey. Volvía casualmente, en este partido, la afición al beSoccer La Condomina desde que comenzó la pandemia del coronavirus. Hubo un gran ambiente previo en los aledaños del mítico estadio antes del comienzo del partido, con muchos aficionados del UCAM y también del Betis, que siempre ha tenido una buena relación con los aficionados de Murcia. La llegada de los hispalenses desató la locura de los que estaban esperando el autobús. Pasiones que desencadena este maravilloso deporte. Es solo fútbol, dicen algunos.

Mucha importancia le daba al choque Manuel Pellegrini ya que históricamente es una competición que gusta en Sevilla y que tienen dos en su palmarés. La importancia no se la dio solo de boquilla, pues el chileno se llevó prácticamente a todo el equipo en la convocatoria y sacó un once que bien podría ser el próximo del Betis en LaLiga. Jugadores como Joaquín, Guardado, Claudio Bravo o William Carvalho, entre muchos otros se encontraban de inicio. «Es una competición muy importante y puede ser otra forma de llegar a Europa», decía. Y así se lo tomó. Salmerón, por su parte, tampoco se alejó de su once tipo en liga y la únicas rotaciones importantes fueron la de Unai Agirre en la portería por Biel Ribas y la de Aketxe, con molestias, por Eneko Jauregi. Empezó con defensa de cinco con Admonio entre Charlie y Josete en el centro de la zaga.

La emoción y los nervios se disiparon con el pitido inicial. El UCAM quería dar la sorpresa y el Betis, tenía la presión de no poder caer contra un Segunda B y continuar con la mejoría de sensaciones que arrastran en las últimas dos jornadas de liga. Con ese carrusel de sentimientos, comenzó el partido. El Real Betis, como no podía ser otra manera, se mostró dominante desde el primer minuto. También cedió terreno el UCAM voluntariamente ya que es una situación en la que se suelen sentir cómodos. Y así fue, el Betis tuvo el control de la pelota prácticamente en los primeros cuarenta y cinco minutos, pero el UCAM se sentía muy cómodo. De hecho, la primera del partido la tuvo Eneko Jauregi. El ariete aprovechó un fallo de la defensa, regateó a Mandi y con su pierna izquierda, disparó sin saber que enfrente no tenía a un portero de Segunda B, sino a Claudio Bravo, un portero campeón de la Champions League y que sigue siendo nivel ´top' de Europa. El UCAM, pese a no contar con el dominio de la posesión, estaba mostrando criterio con la pelota.

El UCAM estaba jugando bien, con y sin balón. En una de esas llegadas, Tropi tuvo otra ocasión clarísima. Disparó desde fuera del área y el balón dio en los dos palos paseándose por la línea de gol sin llegar a entrar por muy poquito. El Betis estaba incrédulo. No estaba pudiendo desarmar la defensa de un equipo de dos categorías inferiores y encima, estaba teniendo las ocasiones más claras. La defensa de cinco estaba funcionando de la manera prevista, hasta que Josete se tuvo que marchar lesionado y entró en su lugar Adri León. Cambió el dibujo al 4-5-1 y empezó a tener más problemas el UCAM, aunque no demasiados. De hecho, tuvo otra clara al contraataque con un buen sprint hacia la portería de Bravo, que volvió a detener el disparo. El rechace le cayó a Xemi Fernández, que completamente solo, cerca del punto de penalti, definió arriba de la portería con Bravo ya vencido. Una pena, porque el UCAM tuvo tres y no aprovechó ninguna. Y eso, contra un Primera no se puede permitir. Fue antes del descanso cuando el Betis por fin encontró una rendija en el entramado defensivo universitario gracias a una gran jugada individual de Joaquín, marchándose de todo el que le puso enfrente y poniéndola atrás para que Montoya pusiera el 0-1 antes en el minuto 44. Un gol psicológico al filo del descanso que tiró por la borda todo el trabajo de los universitarios en la primera mitad.

En la segunda parte, el Betis comenzó de igual manera que en la primera. Con el resultado a favor, las prisas y las precipitaciones desaparecieron y empezaron a mover el juego de un lado a otro con paciencia y encontrando el hueco. La presión disminuyó y el segundo parecía estar más cerca del empate. El UCAM bajó el nivel en la presión, como es lógico después del esfuerzo del primer tiempo. Movió el banquillo Pellegrini sacando a Fekir por Joaquín, leyenda del fútbol español. Se marchó con una gran ovación de La Condomina. La ovación del respetable. Le llegó ese gesto al veterano jugador, que se retiró dándose golpes en el pecho. No fue una buena noticia para el UCAM Murcia que Fekir, campeón del mundo con Francia, entrara al campo. El primer balón que tocó acabó en gol para los hispalenses. Sacó un córner con su excelente zurda, peinó Mandi y Guido Rodríguez acabó con las ilusiones de los universitarios con ese 0-2. El público que ya lo veía muy negro, disfrutaba con los toques de calidad de Fekir. Y de eso se trataba, de disfrutar. En una noche fría de diciembre, un Primera volvía a Murcia para jugar un partido en el que todos disfrutaron.