Si les preguntase el nombre de alguno de los rivales que pelean por quitarle a Rocky Balboa el título de campeón del mundo en las primeras películas de la saga, ¿serían capaz de recordar a alguno? Casi con toda seguridad relatarían los triunfos épicos del personaje protagonizado por Sylvester Stalone, pero, salvo que sean auténticos cinéfilos, les costaría y mucho acordarse de Lang o de Drago, y eso que ambos compiten hasta la extenuación, llegando incluso a tener contra las cuerdas al campeón.

La misma desesperación que sintió el boxeador afroamericano en la tercera película de la saga o la decepción del soviético en la cuarta parte es lo que sintió ayer el Real Murcia cuando poco antes de las siete de la tarde el colegiado Pérez Muley pitaba el final del partido que enfrentaba en Nueva Condomina a los granas con el Córdoba. Con cara de tontos se quedaron los jugadores murcianistas cuando tomaron el camino de vestuarios extenuados por el esfuerzo a la vez que los andaluces se hacían fotos sobre el césped para celebrar una victoria que les permite cortar una crisis que esta misma semana había precipitado el despido de Juan Sabas y el fichaje de Pablo Alfaro.

Como Lang o Drago, el Real Murcia compitió de forma notable y no se dejó asustar ante la dureza del Córdoba sobre todo en la primera parte. Durante muchos minutos parecía que el partido estaba más donde querían los granas que donde esperaban los cordobeses, pero cuando el colegiado pitó el final se descubrió que los locales estaban viviendo en una mentira, que simplemente habían representado el papel de sparring, que ni siendo mejor que su rival habían sido capaces de estar acertados en los momentos decisivos del encuentro. Y es que, como si Pablo Alfaro hubiese rememorado esta misma semana la tercera película de la saga de Rocky, el Córdoba representó el papel del estadounidense en su combate ante Lang.

Al igual que Balboa cuando se da cuenta que su esfuerzo no sirve para imponerse a su adversario y decide dejar que su rival le ataque con todas sus fuerzas hasta que se agote, los blanquiverdes viendo que en los primeros minutos el Real Murcia no renunciaba a la batalla, hasta el punto de que en muchas ocasiones eran los de Adrián Hernández los que desnivelaban la balanza al ritmo de Abenza, se limitaron a contener y no sufrir demasiado, para nada más volver del descanso sentenciar el partido en apenas unos segundos.

Todo el esfuerzo de los murcianistas, toda la pelea que se vio en una primera parte en la que Tanis fue un mero espectador, se desinfló como un bizcocho cuando abres el horno antes de tiempo. No había aparecido hasta el minuto 57 el exgrana Javi Flores. Mario Ortiz, por su parte, había dejado algunos detalles que no eran suficientes para encender la luz de sus compañeros de ataque. Alain estaba inédito y Willy tampoco se sentía cómodo. Pero posiblemente en la primera ocasión en la que Abenza y Youness bajaban la guardia, la calidad del Córdoba se unió para asestar una puñalada que acabó siendo definitiva. Combinaron Flores y Ortiz para encontrar en la banda a un Moutinho que llevaba unos segundos en el terreno de juego, y el portugués no necesitó ni calentar. Metió el balón en el área para que Willy se colase con toda la facilidad del mundo entre Miguel Muñoz y el propio Abenza, rematando ante un Tanis que, como siempre, estaba demasiado adelantado para poder ser de ayuda.

En un pispás el Córdoba hizo más daño que el Real Murcia dominando 50 minutos. Y es que pese a ganar la partida en el centro del campo, los granas no fueron capaces de hacer daño en el área de Isaac Becerra. Ni aprovecharon las numerosas faltas de las que dispusieron, ni supieron sacar de sus casillas a una defensa que al descanso ya tenía tres amarillas -Djetei, Farrando y Bernardo-. Tampoco, aunque esto ya viene de serie desde que comenzó la temporada, encontraron a David Segura, cuya presencia se queda en pequeños detalles, ni a un Pedrosa que ayer andó desaparecido. Así, un pase de Toril a Chumbi que leyó a la perfección Djetei y un balón suelto que el mallorquín no pudo dominar fueron los únicos acercamientos claros en la primera parte de un Murcia que nada más volver de vestuarios se dio cuenta que o matas cuando estás a tiempo o te acaban matando.

Fue tan buen sparring el Real Murcia que hasta cuando el Córdoba se adelantó en el marcador, los granas siguieron apretando a los andaluces, enseñándoles que si quieren regresar a Segunda, deberán mejorar y mucho. Fue a partir del 0-1 cuando los de Adrián Hernández además de pelear en el centro del campo, se lanzaron al área. Con Carlos Palazón y Haro dando oxígeno y demostrando que la creatividad también importa, Chumbi y Toril empezaron a disfrutar como nunca. Incluso Álvaro Moreno, al que habría que aconsejar que se limite a hacer lo que sabe y no se despiste en terrenos desconocidos, prácticamente se instaló en el área visitante.

Cuando en el 73 el colegiado pitó un penalti sobre Carlos Palazón, nadie imaginó lo que iba a pasar a continuación. Nadie pensó que el Córdoba ramplón que estaba ganando en Nueva Condomina saliese vivo del estadio murciano. Cuando Chumbi cogió el balón y lo instaló sobre el punto de cal, pocos pensaron que el aguileño se marcharía a casa sin engordar sus cifras goleadoras. Pero cuando el esférico salió de la bota del ´9´, las ilusiones se diluyeron rápidamente. No fue el día del atacante murciano. No tuvo Becerra ni que moverse. El disparo centrado del costero fue a las manos blandas del portero visitante, que respiró aliviado cuando Farrando despejó completamente el peligro.

Siguió achuchando el Real Murcia como si no hubiera un mañana, y el Córdoba, que pudo sentenciar definitivamente en una acción en la que Piovaccari dejó en evidencia a Edu Luja, permitió a los granas tener esperanzas hasta el último segundo, hasta que Víctor Curto estrelló un balón en el larguero, Toril fue expulsado y el colegiado señaló el final del partido.

"Aunque no tenemos los tres puntos, este es el camino a seguir"

"Aunque no tenemos los tres puntos, este es el camino a seguir"«En la única desconexión que hemos tenido, nos han hecho el gol». Así se expresaba Adrián Hernández en la rueda de prensa posterior al encuentro de ayer en Nueva Condomina. Lamentando la derrota, el murciano decía que «el fútbol está siendo injusto. Hemos sido dominadores de principio a fin, con balón y sin balón». También añadía que «los tres partidos que hemos perdido han sido nuestros mejores encuentros».

El técnico del Real Murcia, pese a la derrota, se llevó conclusiones positivas. «Me esperaba este Real Murcia. Estaba convencido de que conseguiríamos los tres puntos», comentaba, añadiendo que «hemos hecho todo lo que teníamos que hacer. Nos hemos sentido cómodos y superiores, y aunque no tenemos los tres puntos, este es el camino». «Vamos a ir a más y seremos un dolor de cabeza para los rivales en la segunda vuelta», decía el entrenador murcianista.

«Tenemos que adquirir muchísimos mecanismos, pero estamos mejorando cada día», explicaba, comentando además que «los cambios nos han dado mucho dinamismo», en referencia a la entrada al terreno de juego de futbolistas como Pablo Haro, que ya se ha recuperado de su lesión, y de Carlos Palazón, al que le hacían el penalti.

El Córdoba apenas creó peligro y se llevó el triunfo. Sobre esto, Adrián Hernández decía que «nos llegan muy poco pero siempre recibimos gol, y eso no puede suceder».

Por otro lado, quiso agradecer el apoyo a la afición, que ayer regresaba a Nueva Condomina después de ocho meses: «Nos vamos tristes sobre todo por no poder darles una alegría».