Una de las líneas que a 15 de julio debería estar cerrada en el Real Murcia es la portería. Los granas cuentan con Lejárraga y Tanis, ambos con contrato en vigor. Sin embargo, la continuidad del madrileño y del vasco no está asegurada. Con casi total seguridad, uno de los dos acabará saliendo este verano. Incluso no se descarta que se acaben marchando los dos. El rendimiento de ambos ya dejó muchas dudas durante el curso pasado. Los murcianistas sufrieron y mucho por la inseguridad de sus guardametas. Pese a ello, al tener ambos contrato para la campaña 20-21, los responsables del club prefieren anteponer lo económico a lo deportivo, y por ello no habrá despidos. Eso sí, están barajando otras opciones, para invitarles a salir sin tener que pagarles lo que tienen firmado.

Ambos futbolistas ya han recibido una llamada de Julio Algar en la que el director deportivo les ha informado que deben bajarse el sueldo. Para Tanis Marcellán la situación no es nueva. El pasado verano ya tuvo que aceptar una rebaja para continuar formando parte de la plantilla. Si vuelve a dar el OK a lo propuesto por el Real Murcia, seguirá formando parte de los planes de Adrián Hernández. Más complicada se ve la continuidad de Lejárraga. El madrileño no convence del todo en Nueva Condomina después de que la pasada campaña incluso perdiera la titularidad por su inseguridad y sus errores.

Si aceptan la reducción de salario, el Real Murcia podría dar continuidad a ambos, en el caso contrario, Lejárraga es el que más papeletas tiene de salir. De hecho, Julio Algar no ha dudado en mirar el mercado de porteros. La duda está en si el director deportivo grana volverá a repetir la fórmula de contar con dos metas sénior como el pasado curso o si, para ganar una ficha, apostará por combinar un mayor de 23 años, que podría ser Tanis, con otro más joven.

Dentro de esta posibilidad ganaría fuerzas Gallego, meta del filial que acababa contrato el 30 de junio y al que se está intentando renovar.

La portería se ha convertido en las últimas temporadas en una de las líneas que más vaivenes ha sufrido, con decisiones que han costado bastante dinero al Real Murcia. El pasado verano, los granas contaron durante el verano con hasta cinco metas en su plantilla, y si no fueron seis, fue porque Mackay prefirió no renovar al tener propuestas económicas mejores. A Tanis Marcellán se unió Lejárraga, fichaje de Algar; Simón Ballester, que regresaba de su cesión al Jumilla; Santomé, que volvía después de un año a préstamo en el Talavera, y Cebriá, del Imperial, subía con ficha al primer equipo por contrato. A los dos últimos, que no accedieron a las presiones del club, no se les rescindió hasta el último momento, pagándoles una parte de lo que les correspondía.

Otros cinco guardametas tuvieron contrato con el Real Murcia en verano de 2018. Biel Ribas fue despedido por Víctor Gálvez, siendo posteriormente los granas condenados a pagarle al balear 107.000 euros. Cedieron a Santomé al Talavera y a Simón Ballester al Jumilla después de regresar de su préstamo al Lorca Deportiva. Toni Hernández firmaba para la plantilla entrenada por Manolo Herrero a Mackay y a Tanis Marcellán.

En verano de 2017, Simón Ballester partía con ventaja. Con su renovación en el bolsillo, todo el mundo lo daba por jugador de la plantilla grana para la campaña 2017-2018. Todos, menos Deseado Flores. El entonces director deportivo del Real Murcia no dudó en dejar sin hueco al murciano pese a renovarle a principios de mayo. El hostelero firmó para esa campaña a Biel Ribas y a Santomé, jugador de 19 años que era una apuesta de futuro, pero que apenas tuvo participación con la elástica grana.