Nueve semanas sin ganar y el descenso cada vez más cerca. El Real Murcia ha caído ante un Linense que con muy poco se ha llevado los tres puntos de un estadio que se ha convertido en un chollo para los adversarios. Los nervios y la situación del Murcia ha llevado a equipo a saltar al campo muy acelerado. Con un equipo muy ofensivo y empujando al Linense hacia su campo a defenderse, los granas han dado la sensación de que podían hacer más en la primera parte, aunque al final irse al descanso sin goles en contra ha sido casi un milagro. Los córneres y las acciones a balón parado han sido las única armas que han dispuesto los pupilos de Javi Motos. Así, en el minuto seis a la salida de un saque de esquina, el local Parras ha disparado a bocajarro en la que ha terminado por ser la acción más peligrosa de los murcianistas en este primer acto. Con dos delanteros en el once titular, Chumbi y Manel, el Murcia tampoco ha sido capaz de genera más peligro del habitual, que es casi nulo. La consigna en la primera media hora ha parecido clara. Había que buscar a Forniés para que el lateral zurdo insistiera en los centros laterales. El problema es que este sistema sigue sin darle resultados a un equipo que en la primera mitad ha tenido hasta suerte por dos motivos. El primero que el colegiado no expulsó a Miñano tras una entrada muy fea a los cinco minutos y el segundo, que el meta Mackay, al filo del descanso, sacó las manos para detener en dos tiempos un disparo rival tras una contra que ha pillado a los locales fuera de sitio y que casi se convierte en uno de esos goles psicológicos. La disposición defensiva del Linense, al margen de calificativos, ha funcionado a la perfección y ninguno de los hombres de ataque han tenido opciones reales.

Tras volver de los vestuarios todos esperaban, como así fue, un Murcia todavía más incisivo que en el arranque del encuentro, pero nadie contaba con que el Linense seguía bien atento esperando el descuido de un equipo al que el paso de los minutos le sienta cada vez peor durante los partidos. No habían pasado diez minutos cuando el meta grana, Ian Mackay, le paraba en dos tiempos un mano a mano a Juanpe que casi se convierte en el primero de los visitantes. Y los andaluces no perdieron el tiempo en protestar y se dedicaron a centrarse en lo que tenían que hacer. Unos deberes que los hicieron de una manera efectiva, pues en la primera contra seria de los visitantes, Hugo Álvarez cometió penalti sobre Pirulo a quince minutos del final. Un lanzamiento desde los once metros que el propio Pirulo transformó para llevar el pánico y el miedo a la grada de Nueva Condomina. En esta tesitura al Murcia no le quedaba otra ni a su técnico tampoco de tratar de sacar toda la artillería que podía desde el banquillo. Pero el gol sí que le ha dado mucha más intensidad a los andaluces, que de una u otra manera, a diez minutos del final, han comenzado a pensar que podían llevarse tres puntos de oro de Nueva Condomina.

De manera obligada el Murcia se ha tenido que lanzar hacia arriba en busca casi de un imposible, porque este equipo no ofrece ni pizca de garantías. Cada semana aparecen fallos de mayor envergadura y encima a la contra, el Linense sentenció con el gol de Cellerino en el 88. Otra mala decisión de la defensa local ha sido aprovechada por los andaluces para finiquitar el encuentro. El Murcia, una semana más y ya van nueve sin ganar, cada vez más cerca del descenso. El murciansmo ya se ha puesto a temblar en toda regla.