El Cartagena sufría un baño de humildad en El Ejido tras caer derrotado por 1-0 en uno de los peores encuentros que ha disputado a domicilio. El gol de Samu Corral le bastó al bloque local para amarrar los tres puntos, ya que el conjunto entrenado por Gustavo Munúa no se encontró en ningún momento cómodo visto cómo se estaba desarrollando el encuentro.

El equipo albinegro no tuvo su día. El entrenador aducía que el mal estado del terreno de juego fue de nuevo un hándicap para que sus jugadores pudieran jugar a lo que saben. Por eso, este Cartagena no fue demasiado fiel a su fútbol y tuvo que apostar con el paso de los minutos por un juego más vertical. Olvidó el toque y los pases filtrados para decidirse por balones más rápidos al área, que tampoco supusieron la mejor alternativa para llevarse la victoria.

El entrenador cartagenerista alineó un equipo similar al de la semana anterior, pero El Ejido mostró que tiene perfectamente aprendida la fórmula para sacar el mayor rédito posible a los partidos jugados en casa y apenas ofreció fisuras en defensa.

Si a eso le añadimos que el Cartagena sí que tuvo un error importante a la hora de defender la jugada del tanto recibido, hace que la partida la dominara el bloque local cuando el marcador estaba a su favor, con más comodidad de lo que nadie podría esperar.

Saltó al campo el equipo de Munúa y las dos primeras llegadas fueron de los locales. Joao Costa estuvo atento y evitó dos sustos muy rápidos que a punto estuvieron de convertirse en los primeros tantos locales.

El Cartagena, tras este mal trago inicial, fue tomando el control del partido. Se encontraba con el balón, pero le era muy difícil madurar sus acciones, encarar y centrar u ofrecerse entre líneas. Nunca ofreció sensación de peligro real, ya que los disparos de los jugadores siempre eran desde fuera del área.

El estado del terreno de juego se convertía en un enemigo para los cartageneristas, que basan su fútbol en las triangulaciones, desdobles y pases interiores.

El equipo visitante, conforme iban pasando los minutos, se dejaba hacer y la defensa albinegra no sufría ni mucho menos las llegadas de los almerienses, después de esos dos sustos iniciales. Sin embargo, a falta de ocho minutos para el descanso, Samu Corral adelantaba a los suyos. Encontró en el área un balón bien centrado desde la derecha para anticiparse a los dos centrales y enganchar un testarazo, que colocó lejos del alcance de Joao Costa. El portero albinegro no pudo hacer nada para evitar el tanto.

Hasta ese momento la vocación ofensiva del Cartagena se había basado en llegadas por las bandas sin demasiado peligro, en los disparos de Aketxe, en dos ocasiones, y de Santi Jara, desde fuera del área, y sin apenas peligro.

Tocaba espabilar y eso intentó hasta el final de la primera parte, pero se notaba que la plantilla tenía el día torcido y todo lo bueno que les sucedió en el encuentro anterior les había abandonado ahora.

Tras el descanso, El Ejido estuvo a punto de hacer el segundo y de nuevo Joao Costa fue el mejor de los suyos, al evitar, sacando la manopla, que los locales hicieran gol. Sergio Jiménez tocaba de cabeza y el balón se iba ajustando al palo, hasta que el guardameta albinegro lo evitó con una mano que mandó el balón a línea de fondo.

El técnico albinegro, viendo que no encontraba soluciones, decidió dar entrada a Rubén Cruz por un Julio Gracia . El entrenador del equipo cartagenero apostaba por dos hombres de ataque, fijar a los centrales y buscar el balón al área para ver si sonaba la flauta.

Un poco más tarde fue Elady el que entró al campo por Fito Miranda. Munúa buscaba a la desesperada opciones que reactivaran al equipo. No encontraba el camino. El Ejido había decidido replegarse poco a poco, ya que veía que el Cartagena no era capaz de hacer daño de ninguna de las maneras. Se atrincheró bien atrás, buscando solo el contragolpe como recurso para apuntillar al conjunto visitante.

Santi Jara fue quizá el hombre que más protagonismo tuvo en la segunda parte. Desde la banda derecha y con incursiones en la línea de tres cuartos, el almanseño lo intentó todo, pero tampoco le salía nada.

Rubén Cruz tuvo una oportunidad para hacer el empate en el minuto 67. Recogía un balón en profundidad desde la izquierda y a la media vuelta mandaba un zurdazo que se marchó fuera, algo cruzado.

Luego fue Óscar Ramírez quien, en el minuto 74, con un chut con su pierna derecha lo intentó también desde lejos, al aprovechar un rebote. El portero despejó de puños.

La más clara para los visitantes fue la que tuvo Vitolo en el minuto 77. Llegó con el balón controlado al área y combinó con Rubén Cruz. Aprovechó el poco espacio que le dejaba el defensor para chutar. El esférico tocó en un defensa y se elevó superando al portero, pero no bajó del todo y acabó impactando en el larguero para infortunio de los albinegros.

El equipo se volcó definitivamente para buscar un balón rebotado o un error defensivo que diera la oportunidad de embocar la pelota, pero en esta ocasión no tuvo la suerte de su lado y lo único que se llevó fue el fin a la buena racha de resultados.

Esta derrota les hace bajar de esa nube de optimismo que estaba impregnando a todos y que los jugadores tengan una semana difícil en la que deberán tratar de revisar los errores. Y es que este próximo domingo, a partir de las seis de la tarde, tienen un dificilísimo encuentro en el Cartagonova.

Les espera un San Fernando que ocupa la cuarta posición pero empatado a puntos con los albinegros y que viene de ganar al Don Benito.